La mayoría de las cargas han estado en suspenso desde que estalló la guerra. Hay una gran incertidumbre en términos de viabilidad logística y financiera de exportar a Rusia.
En esta época del año desde el hemisferio sur, Argentina y Sudáfrica son los principales proveedores de peras a Rusia, mientras que Chile envía manzanas y Brasil también envía fruta. Rusia es uno de los mayores importadores de peras argentinas, representando más del 30 por ciento de las exportaciones totales.
Rumbo a otros puertos
Los productores y transportistas todavía están determinando qué hacer con la fruta que está en el agua. Las alternativas son desviarse a otros puertos de Europa o seguir yendo a puertos de Rusia, sin embargo, aún no está claro si las líneas navieras entregarán la fruta a Rusia y, en ese caso, cuánto tiempo puede demorar. Para los productos perecederos es un riesgo enorme. No se han acordado nuevas cargas directamente desde Argentina a Rusia en los últimos 15 días.
Lo mismo ocurre con Ucrania. Los contenedores que se dirigían a Ucrania se han desviado a otros puertos de destino.
Las implicaciones, por supuesto, son significativas. Actualmente, los contenedores se están desviando hacia otros puertos europeos, principalmente los Países Bajos e Italia. Los puertos están operativos. Sin embargo, los horarios de las líneas navieras se ven afectados y no está claro cuánto puede tardar un contenedor en llegar a Rusia y para los productos perecederos, es un gran problema, sumado a otro gran problema que es la devaluación y la volatilidad del rublo que afecta la cadena de pago.
Problemas de calidad
Los cambios también ponen de relieve la calidad de la fruta. Rusia es un mercado enorme para frutas de todos los tamaños y permite una calidad que otros mercados no aceptan. Eso ejercerá mucha presión en todo el negocio de la fruta si esa fruta de calidad no encuentra un lugar en Rusia. Fuera de Sudamérica, las principales variedades de peras son Williams, Packhams y Abate y en manzanas, Royal Gala, Granny Smith y Red Delicious. Este año, la cosecha argentina de manzanas y peras es más corta de lo normal debido a que se vio afectada por heladas y granizadas, y la calidad también se vio afectada. En menor medida, Chile también espera una cosecha menor.
Todo esto pone los precios bajo presión. Como la enorme devaluación del rublo encarece mucho los productos importados, cuánto se puede recuperar en el mercado es un gran interrogante. Otros mercados como Europa y Oriente Medio se verían afectados si hay un exceso de oferta de fruta que no va a Rusia.
Hace falta una comunicación clara de las navieras sobre como seguirán ofreciendo sus servicios regulares a Rusia, así como una estabilización de la cotización del rublo frente al dólar, son factores clave para dar más previsibilidad a todos los actores de la negocio de frutas de lo contrario, es imposible planificar las cargas en un entorno tan errático.
