Estafas en Córdoba: una pareja fue condenada por alterar cajeros y robar casi un millón de pesos

Se trata de un hombre de 29 y una mujer de 34 años, oriundos de Venezuela. Las dos personas habían sido juzgadas por lo mismo en Salta y Rosario.

Robaron casi un millón de pesos en cajeros automáticos de Córdoba.
Robaron casi un millón de pesos en cajeros automáticos de Córdoba.

La Justicia pudo condenar a una pareja de estafadores que robaron más de 871 mil pesos en cajeros automáticos de la red Link Bancor. Se pudo determinar, que los delincuentes alteraban los dispositivos para poder retirar la cantidad de dinero que necesitaban. Por esta misma causa, habían sido juzgados en la provincia de Salta y en Santa Fe.

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La banda estaba integrada por varios miembros extranjeros que tenía importantes conocimientos informáticos y utilizaba equipamiento especial para intervenir la computadora del cajero para conseguir que les entregue elevadas sumas de dinero.

De este modo, en sólo tres golpes consiguieron retirar más de 871 mil pesos al robar cajeros ubicados en islas sin custodia en estaciones de servicio -de barrios Alto Alberdi y Ampliación América- y de la Agencia Córdoba Ciencia, en barrio Juniors.

La Cámara 10ª del Crimen -con el vocal unipersonal Mario Centeno- condenó recientemente por “asociación ilícita” y “defraudación por manipulación informática” a Saddam José Carusso Sotillo (29) a cuatro años y tres meses de prisión y a su pareja Lisset Dayana Francis Jameson (34) a tres años de prisión. Ambos tenían en nuestro país condenas anteriores en suspenso, por lo cual al primero se le reunificó la sanción en seis años y a la mujer se le mantuvo en tres años.

La asociación ilícita estaba conformada junto a los socios Julio César Caruso Marrero, Ruditt José Martínez Pinango y Luis Abrahán Dos Santos Cantillo (todos prófugos) y otras personas que no pudieron ser identificadas por la investigación.

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Tres golpes y fracaso

El modus operandi consistía en abrir con un destornillador el “portón” del cajero ATM, desconectar el cable USB del teclado que va a la computadora del cajero. Luego, con otro USB conectaban una notebook al cerebro del cajero que, tras cerrar la unidad, permitía manipularlo con un celular de modo inalámbrico. Con vigilancia externa e interna, los miembros de la banda podían hacer “trabajar” el ATM sin que terceros interfirieran y así conseguían extraer, durante horas, importantes sumas de dinero.

La siesta del 10 de marzo de 2018, en la isla de cajeros ubicada en la estación de servicio YPF de Pueyrredón 2316 de barrio Alto Alberdi, la banda intervino uno de los cajeros y se llevó 295.100 pesos.

Dos días después, durante la noche del 12 de marzo, se presentaron en Álvarez de Arenales 230, barrio Juniors, en una isla ubicada en dependencias de la Agencia Córdoba Ciencia, e intervinieron uno de los cajeros Link de Bancor. Allí se llevaron billetes por 192.000 pesos.

Al día siguiente, pasadas las 10 de la mañana, hicieron lo mismo con un cajero del mismo tipo ubicado en la estación de servicio Sol, de avenida Capdevilla 598 de barrio Ampliación América, donde consiguieron extraer de modo fraudulento 384.800 pesos.

Al día siguiente, otra vez a la mañana, también quisieron hacer lo mismo en ese lugar, pero no consiguieron su propósito. La instrucción sostiene que tras instalar el software dentro del cajero y usando un celular, ese conjunto “dotó de conectividad a la computadora portátil de modo inalámbrico y, controlándola de forma remota, a través de la utilización de un software específico” consiguió alterar “el normal funcionamiento del sistema informático del cajero, mediante múltiples comandos”.

Pero en este último hecho se aclara que no lograron “el dispendio de billetes, por causas ajenas a su voluntad, no determinadas aún por la instrucción, luego de lo cual y sin lograr el éxito en la maniobra premeditada, los imputados mencionados se habrían dado a la fuga”.

Luego de este pequeño fracaso, al parecer, la banda se fue a cometer el mismo tipo de fraudes a otras provincias.

Confesaron su culpabilidad

La instrucción de este caso fue formulada por el fiscal de Delitos Complejos Enrique Gavier, quien también ofició en el juicio oral de fiscal de Cámara. En el debate participó como querellante particular de Bancor -la entidad damnificada en 871 mil pesos- su apoderado Juan Echegaray De Maussion. Como defensor de ambos acusados intervino el asesor letrado Eduardo Caeiro.

El juez Centeno expresa en sus fundamentos de la sentencia que “una maniobra tan sofisticada como la que se exhibe aquí, el beneficio económico obtenido por los imputados (871.900 pesos argentinos), los vínculos estrechos evidenciados entre ellos -concubinos- y el papel que cada uno tuvo dentro de la agrupación; exigía el compromiso consciente de los imputados con el propósito espurio perseguido por esta organización”.

Lo preocupante es que la banda tiene requerimientos de otros países por similares estafas informáticas y se presume que seguirían en actividad los prófugos Caruso Marrero, Martínez Pinango y Dos Santos Cantillo.

Respecto de estos acusados que se encuentran detenidos en Córdoba, Lisett Dayana Francis Jameson y Saddam José Caruso Sotillo, ambos asumieron su responsabilidad y pidieron disculpas por el daño ocasionado. La recolección de pruebas y la acusación de Gavier fue confirmada en pleno, al punto que en la resolución se sugiere que lo que está redactado en modo “potencial” debe figurar en tiempo verbal indicativo.