La escuela baleada en el barrio Tablada de Rosario recibió un abrazo solidario

El último domingo a la noche balearon una escuela de Rosario y creció la preocupación en barrio Tablada. En busca de una solución al conflicto que generó el ataque, este jueves se llevó a cabo un abrazo solidario en el mismo sitio donde dispararon el fin de semana.

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El edificio donde funciona la primaria 6430 “Isabel La Católica” y la secundaria 551 “Sonia Beatriz González” mostró una cara completamente diferente a la del día del ataque. Con la presencia de dirigentes de la Asociación de Magisterio de Santa Fe (Amsafe), las autoridades de ambas instituciones compartieron el acto con sus alumnos durante la mañana.

El gremio le reclamó al Gobierno que “cuide a las escuelas y a los barrios”. Los carteles impresos que llevaron se mezclaron con los afiches coloridos que prepararon chicos y chicas de la institución para pedir seguridad en Rosario.

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“Queremos estudiar para tener un futuro mejor”, pidió uno de los estudiantes que se sumó al abrazo solidario. Otros afirmaron que el establecimiento es un “territorio de paz”.

La directora de la primaria, Viviana Ochova, se mostró satisfecha con el resultado de la convocatoria como parte de las medidas para sobreponerse al ataque. “Sentimos gran apoyo de toda la comunidad”, expresó.

La titular de la escuela señaló que una de las prioridades actuales es “brindarles seguridad a las familias”. En diálogo con Canal 3, argumentó que el establecimiento es “un lugar que contiene y abraza continuamente”.

¿Cómo fue el ataque a la escuela baleada en el barrio Tablada de Rosario?

Aunque no trascendieron indicios de la mecánica del ataque en la zona sur de Rosario, los investigadores confirmaron que la escuela de Ayolas y Grandoli recibió 15 balazos. Por el ataque se suspendieron las clases y la Fiscalía comenzó a investigar un cartel con denuncias anónimas que no estaban dirigidas a la institución.

Quienes abrieron fuego contra la fachada del establecimiento dejaron un mensaje escrito a mano en el que advirtieron: “Dejen de matar cobani y mujeres. Vamos a la guerra”. Uno de los destinatarios fue “Chucky Monedita”, como se conoce al preso Alejandro Núñez.