En lo que va del año, la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana de Rosario clausuró preventivamente a 11 remiserías truchas y reimplantó la faja a otras cinco que habían violado la prohibición de funcionamiento.
Las situaciones parecen repetirse: en la mayoría de los casos son los propios ciudadanos quienes denuncian el funcionamiento de estos negocios ilegales, con autos generalmente destartalados, que se estacionan sobre veredas obstruyendo el paseo a peatones, y que operan con radiofrecuencia.
En otros se trata de granes estructuras pero sin ningún tipo de habilitación, como la de la remisería trucha "Cinco Estrellas", ubicada en la planta alta de Garay 5722. La misma contaba con una flota de 90 vehículos, según detallaron desde la Secretaría a Vía Rosario.
Tras una inspección de la GUM, los agentes escucharon por vía telefónica el pedido de servicio de remís, y detectaron una antena para radio VHF anclada en dicho domicilio que debió ser retirada tras la clausura. Ya había sido sancionada en 2012 y 2016.
Lo que llama la atención es la rapidez con la que muchos de estos lugares vuelven a operar clandestinamente. En diez meses se detectaron cinco violaciones a las clausuras en diferentes puntos de la ciudad.
En todos los operativos se secuestran materiales como cuadernos con anotaciones, teléfonos, antenas y otros elementos probatorios que en caso de varias reincidencias pueden derivar en clausuras definitivas.
"El transporte público es una actividad delegada por el municipio que implica controles muy rigurosos para proteger la seguridad de los pasajeros y de los ciudadanos en general", indicó Gustavo Zignago, titular de la Secretaría de Control.
"Muchos pasajeros desconocen los problemas que les puede ocasionar utilizar transportes irregulares, que van desde los técnicos como las condiciones del vehículo, hasta las normas de seguridad y la ausencia de seguros de responsabilidad civil", añadió.