La arquera de la Selección argentina, Vanina Correa, dejó Central tras varios años y firmó contrato con San Lorenzo, donde seguirá su exitosa carrera.
Correa ganó protagonismo en el último Mundial femenino disputado en Francia, siendo una pieza clave del equipo con fantásticas atajadas. También cumplió un buen papel en los Juegos Panamericanos de Lima, donde Argentina obtuvo la medalla de plata tras caer ante Colombia en la final.
Trascendió que la intención de la arquera era continuar en el equipo de Arroyito, pero ante el escaso presupuesto que el club rosarino destina al fútbol femenino, y la oferta del Ciclón –que profesionalizó esta disciplina-, no lo dudó y emigró.
De hecho San Lorenzo le ofreció ser uno de los ocho contratos profesionales que la Liga Femenina comenzó a exigir desde marzo a los 16 equipos de Primera.