Se llevó adelante la primera peregrinación náutica por el río Iguazú

La actividad se realizó en conmemoración de los 397 años de la llegada de la Primera Misión Jesuítica en Santa María del Yguazú.

Se llevó adelante la primera peregrinación náutica por el río Iguazú.
Se llevó adelante la primera peregrinación náutica por el río Iguazú. Foto: El Territorio

La Diócesis de Iguazú celebró la primera peregrinación náutica en el río Iguazú, en conmemoración de los 397 años de la llegada de la Primera Misión Jesuítica en Santa María del Yguazú, cerca de las Cataratas.

La peregrinación fue liderada por el Obispo de la Diócesis de Iguazú, Monseñor Nicolás Baisi, quien estuvo acompañado por obispos de las tres fronteras, autoridades del consulado paraguayo y el gobernador Oscar Herrera Ahuad.

La peregrinación comenzó en el puerto Macuco del Parque Nacional Iguazú, donde se han encontrado restos arqueológicos de la instalación de la primera misión jesuítica. Las lanchas particulares se unieron a la peregrinación en el puerto del Lois Suite y en el Hito de las Tres Fronteras, los fieles rezaron en español, guaraní y portugués, pidiendo por la paz de los pueblos y para que todos puedan acercarse más a Jesús por la fraternidad.

Monseñor Nicolás Baisi expresó su satisfacción por la peregrinación y esperaba que se mantuviera en el calendario eclesiástico de Puerto Iguazú. El Obispo resaltó también la presencia de fieles de otras localidades y la presencia de obispos de Foz do Iguazú y Ciudad del Este.

La reducción Santa María del Yguazú existió entre los años 1626 y 1633, a 15 kilómetros de las Cataratas del Iguazú, río arriba, y en el actual territorio argentino, según las cartas de los padres fundadores Diego de Boroa y Claudio Ruyer.

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La investigación del guardaparque del Parque Nacional Iguazú, Jorge Cieslik, quien también llegó al lugar donde estuvo el pueblo, respalda esta ubicación. La peregrinación náutica y terrestre es un momento intensa espiritualidad y descubrimiento de las raíces de la historia de la ciudad.

Fuente: El Territorio