Bibliotecas, esos valores populares

Centenarias o veinteañeras, las bibliotecas populares ratifican la vigencia de la lectura. Sus encargadas sostienen que los jóvenes son los que menos la visitan, y luchan por un fondo permanente que garantice su subsistencia.

Bibliotecas populares
Bibliotecas populares

Por Laura Giubergia.

Más de cien años de historia que se respiran desde la primera bocanada. El olor a tinta que tan bien atesoran en su memoria emotiva los nostálgicos se entremezcla con el aroma de la madera de las estanterías de antaño en las que se disponen los casi 80 mil libros.

La lectura como eje en torno al cual se tejen espacios de encuentro, entretenimiento y formación. “La lectura es por lo que más vienen los adultos y los niños, pero hay otras actividades que convocan mucho como el cine de los miércoles, los cursos de idiomas y los talleres”, cuenta Miriam Ferreyra, una de las encargadas de atender a los lectores que concurren a la Biblioteca Popular Vélez Sársfield, en barrio General Paz.

“La gente sí lee. Hay franjas que no vienen tanto, como los jóvenes, pero venir, vienen”, apunta Elisa Mesquida, y destaca el taller de cómics como fuente de atracción para el segmento más reticente.

Entre las dos van recreando anécdotas de una de las visitas más frecuentes: “Salvador tiene 4 años, y lo trae la señora que lo cuida casi todos los días. Están un rato, y cuando ella le dice que tienen que volver para preparar la comida, él siempre se quiere quedar”, describen. El futuro –sienten- se les hace presente en los ojos de Salvador.

La Vélez Sársfield fue fundada en 1909, y con sus más de cien años, derrocha historia. “Nosotras hemos estado por acá toda a vida.

Yo llevo más de 30 años de socia, 16 años en la comisión, y 13 atendiendo”, aclara Elisa. Y compara a su relación con la lectura con una adicción: “Los libros son mi droga”.

Miriam se ríe cuando comenta que muchos lectores habitués son asiduos seguidores de sus consejos.

‘Vos ya sabés lo que me gusta, recomendame algo’, les dicen. “El problema es cuando les sugerimos un libro que no después no les gusta, ¡¡y vuelven con unos planteamientos!!”, recuerda divertida.

El cine. En el transparente se exponen los próximos títulos que se proyectarán en la sala de cine Alcider Carlevaris, dentro de la biblioteca.

“Traen películas buenísimas, y es una actividad muy convocante.

Hay mujeres del barrio que ya tienen su rutina: vienen al cine y luego se van por ahí a tomar algo”, detalla Elisa.

El folleto vigente por estos días anuncia el estreno de “Marie Curie, el valor del conocimiento. Un grito contra el machismo de la elite intelectual”.

El miércoles 13 de diciembre, a las 20, como cada semana.

Multifacéticas. En medio del convulsionado clima social del año 2000/2001, un grupo de jóvenes de barrio Parque Liceo II Sección se propusieron crear una biblioteca popular. "Ya hace 17 años que estamos, y hemos pasado por varias 'sedes'. Ahora estamos en esta casa que alquilamos con muchísimo esfuerzo", señala Estela Peralta, presidenta de la Biblioteca Popular Madre Teresa de Calcuta (Constancio Vigil 1015).

“No había bibliotecas en el barrio, nos pareció importante crear este espacio para leer, para que los chicos vengan a hacer las tareas, y nos hemos ido amoldando a las necesidades: tenemos el apoyo escolar, la copa de leche, en algún momento hemos tenido hasta ropero comunitario”, describe la mujer.

“Las bibliotecas somos nexo entre la comunidad y el Estado, sede de muchos cursos de oficios y capacitaciones, recibimos ayuda del Ministerio de Desarrollo Social desde hace varios años, damos información sobre tarifas solidarias, sólo por poner ejemplos.

Hemos querido que este espacio sea de la gente”, resume Estela.

De fondo se escucha a una profe enseñando confección de indumentaria.

“La idea es darles las herramientas para que ellas puedan crear diseños según sus necesidades”, afirma. Una de las talleristas muestra orgullosa un hermoso disfraz para el acto de fin de año de su hija: “Quedó muy bonito, y está hecho justo para ella, más económico y sin desperdiciar tela”, cuenta.

San Vicente. Desde la Biblioteca Popular Julio Cortázar, en San Vicente, también hacen malabares para cubrir las demandas sociales administrando pocos recursos.

Cómo las anteriores, reciben un fondo de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), el aporte de los socios, organizan eventos, receptan donaciones y aún esperan un pago de la Agencia Córdoba Cultura (ver aparte).

“Actualmente hay muchísimos usuarios que leen, es increíble. Particularmente en la Julio Cortázar hemos hecho un gran trabajo bibliotecológico, con actividades de extensión, con muchos servicios que son bien valorados por la gente”, asegura Cristina Fuentes.

“Adolescentes y jóvenes hay, pero no son mayoría. Con las sagas hemos repuntado, y hay talleres como el de hip hop que atraen a ese segmento. También trabajamos en conjunto con la radio La Quinta Pata, y ahí se enganchan un montón los jóvenes”, describe Cristina.

La mujer considera que los libros y la lectura son el pilar de las bibliotecas, pero entiende que éstas exceden ese objetivo: “El rol social de la biblioteca popular es inmenso, de contención, de formación, de educación, pero también de pertenencia, es político y es cultural. Para un barrio es muy importante que existan estos espacios”, concluye.

SIN REGLAMENTAR

A 27 años de que se aprobara en Córdoba la Ley N°8016 de Bibliotecas Populares, el artículo 11° que establece la creación de un Fondo Especial para solventarlas aún no ha sido reglamentado. Por tanto, la ayuda económica que reciben las bibliotecas populares de Córdoba depende del presupuesto que se le asigne a la Agencia Córdoba Cultura.

“En 2016 no cobramos esa ayuda, porque habíamos quedado afuera del presupuesto, y este año estamos todavía esperándola”, dijo a Día a Día Mabel Estevao Belchior, presidenta de la Federación de Bibliotecas Populares (Febipo). El lunes reclamaron por la reglamentación de ese Fondo y por pagos atrasados al Gobierno provincial.

“Hemos declarado a las bibliotecas populares en estado de emergencia, hemos presentado esa nota con un pedido de audiencia, realizamos radios abiertas y recurrimos también al gobernador”, aseguró Mabel. Y subrayó la necesidad de que los fondos para las bibliotecas no dependan de la voluntad política. “Insistimos en el pedido de que se reglamente la el artículo 11° de la ley”, reforzó.

Pago listo. Desde la Agencia Córdoba Cultura aseguraron a este diario que, aunque con retraso, está listo el pago para las bibliotecas populares y que se hará efectivo en los próximos días. “Hubo algunas demoras por cuestiones administrativas, pero ya está el pago listo para efectuarse”, explicaron voceros de la Agencia.

Asimismo, aclararon que sí está prevista la ayuda económica también para 2018. “Está contemplado el pago de fondos para todas las bibliotecas populares para el año próximo. Próximamente haremos la convocatoria para 2018”, afirmaron.

En la Vélez Sársfield también hay una mesa dispuesta para “la barata”.