Murió el conductor Mario Pereyra

Mario Pereyra murió en la madrugada de este domingo. El director artístico de Cadena 3 y conductor de Juntos falleció en el Instituto Cardiológico a los 77 años. El locutor estaba internado desde el 13 de octubre luego de haber contraído coronavirus.

Su esposa Estela, y madre de sus hijos, en tanto, todavía internada en el Instituto Modelo de Cardiología producto del Covid-19.

Mario fue durante 35 años líder en audiencia y todos recuerdan la compañía de Juntos, en donde decía todo lo que pensaba, sin dejar a nadie de lago y siempre amable con su audiencia.

"Mario nos ha dejado un camino: hacer la gran Radio. La radio que entretiene, que informa, que opina y que se ofrece a nuestra gente para que ella también se exprese", escribieron en la cuenta de Instagram de la radio.

Allí, destacaron: "Seguiremos siendo en honor a Mario, la Radio comprometida con la libertad y la República. La radio que acompaña a todos, la radio de la gente".

Mario Pereyra nació el 20 de julio de 1943 y recibió un Premio Konex en 2017, uno de los galardones más preciados en el mundo del periodismo. Cursó el bachillerato en el Colegio Don Bosco de San Juan, en donde nació e inmediatamente empezó su trabajo en radio.

Ingresó a Radio Colón y luego se dieron actuaciones sucesivas en Radio Sarmiento (San Juan), Radio de Cuyo (Mendoza), migrando en 1983 a la Ciudad de Córdoba para producir un fenómeno de liderazgo de audiencia radial en el prime time que mantuvo hasta que fue internado por coronavirus.

"Estoy fantástico. No tengo personal. Mi mujer está enfermita en cama y tengo que hacer todo", había dicho el conductor cuando confirmaron que tenía la enfermedad.

"Estoy superbien. Los médicos están asombrados de cómo estoy. Lo que no quiere decir que no tenga el bichito, el bichito está. Hay que tener cuidado con ese señor. Tuve fiebre, fui a una clínica. Me recetaron no sé qué cosa. Me sacaron radiografías. La verdad no siento todavía nada. Y toco madera sin patas", profundizó.

Sus restos serán cremados en un ceremonia estrictamente privada y familiar. No habrá velorio ni ceremonia alguna.