Por Alejo Gómez
A partir de ahora, en términos judiciales ya no podrá decirse que un siniestro vial es necesariamente un "accidente": la Justicia condenó este viernes a prisión efectiva a Oscar "Sapo" Gómez y Javier "Nina" Navarro por la carrera ilegal en la que murieron embestidos dos adolescentes (uno de ellos, hermano de Emanuel Balbo) en barrio Ampliación Ferreyra, a fines de 2012.
Se trata de la primera sentencia efectiva por conducción peligrosa en la ciudad de Córdoba; antes de esto, los imputados por este delito habían recibido penas excarcelables.
Entre los escasos juicios de este estilo se encontraban el de la muerte de Mariana Ellena (los responsables recibieron condenas excarcelables); la muerte de tres jóvenes en el vuelco de un Ford Ka en la autopista Córdoba–Villa Carlos Paz (el culpable fue sentenciado a prisión efectiva, pero no por conducción peligrosa); y la muerte de cuatro jóvenes durante una "picada" en la localidad de Los Cóndores (los conductores recibieron pena efectiva, pero el siniestro vial ocurrió en el interior).
El Tribunal de la Cámara Cuarta del Crimen impuso 4 años y 10 meses para Gómez (más 10 de inhabilitación para conducir) y 4 años y 2 meses para Navarro (más 10 de inhabilitación) por conducción peligrosa y los homicidios culposos de Enrique Díaz (15) y Agustín Balbo (14), quienes iban en la motocicleta Appia que el 25 de noviembre de 2102 fue arrollada por el VW Golf de Navarro.
El "Sapo" Gómez escapó en su VW Gol, y los vecinos del barrio aseveran que ese episodio fue el que inició la enemistad con la familia Balbo, cuya máxima expresión de violencia se vivió en abril pasado, con Emanuel Balbo cayendo al vacío desde la tribuna del Mario Kempes (Gómez se encuentra en Bouwer como supuesto instigador de este homicidio).
Cabe recordar que una condena es excarcelable hasta los 3 años de pena; de ahí para arriba, la figura cambia. Por eso ambos conductores recibieron prisión efectiva.
Diferencias. La pena para el "Sapito" fue mayor dado que escapó del lugar del choque y para el Tribunal esa conducta agravó la circunstancia. Navarro, en tanto, se quedó en el lugar del impacto, y durante el juicio aceptó su responsabilidad, pidió disculpas y ofreció parte de su sueldo para paliar el daño causado.
Navarro continuará en libertad provisoria hasta que la condena quede firme, amparado por el dictamen de la Corte Suprema de Justicia de marzo de 2014. Una vez que la pena quede firme, irá preso.
"Andá a saber cuándo va a ocurrir eso", dijo a la salida del juicio Raúl Balbo, padre de Agustín y Emanuel. "No nos vamos conformes. Esperaba algo más de la justicia. A mis dos hijos no me los devuelve nadie. No puede ser que uno de los responsables haya quedado libre", se indignó.
"No me alivia para nada la pena. Si la Justicia hubiera actuado rápido y condenado antes a Gómez, no se hubiera cruzado con mi hijo en el Kempes y Emanuel estaría vivo", señaló.
Sucede que la Justicia puso fecha a este juicio el mismo día en que Emanuel murió en el Hospital de Urgencias, lo que despertó sospechas por la presunta demora de la Cámara en comenzar el proceso contra Gómez y Navarro.
A diferencia de Navarro, el Tribunal revocó la libertad provisoria de Gómez por esta condena y dispuso su prisión preventiva. De todas maneras es algo anecdótico, ya que el "Sapo" está preso por orden de la Fiscalía que investiga el gravísimo asesinato de Emanuel.
"Este Tribunal se confundió de caso. Mezcló lo ocurrido en Ampliación Ferreyra con la muerte de Emanuel Balbo en el Kempes. Es el único motivo de la condena a Gómez", expresó el abogado Carlos Hairabedian, quien durante el juicio había solicitado la absolución de Gómez al considerar que no hubo una "picada".
Distinta fue la visión del fiscal de Cámara Marcelo Hidalgo: "Quedo conforme porque, dentro de la ley vigente, se aplicó casi el máximo de la pena". "Esta condena efectiva es un mensaje de la Justicia para quienes causen siniestros viales", apuntó al resaltar la importancia del fallo.
Hidalgo había pedido en los alegatos 6 años de cárcel para Gómez y 5 y medio para Navarro. El Tribunal "suavizó" la pena, cuyos fundamentos se conocerán el 7 de julio.
Sin violencia. El juicio contó con un número alto de policías y guardias que evitaron el cruce entre las familias Balbo y Gómez, algo que ya ocurrió a fines del mes pasado cuando se agarraron a trompadas y patadas en la puerta de Tribunales.
La familia Gómez siguió la sentencia en silencio. Este diario intentó saber su opinión, pero prefirieron no hacer declaraciones por el momento.
Los Balbo se retiraron con decenas de personas, muchas de ellas familiares de víctimas de siniestros de tránsito, que los acompañaron desde primera hora en el edificio.
La "picada" callejera fue el 25 de noviembre de 2012. La motocicleta Appia en la que iban Enrique Díaz (15) y Agustín Balbo (14) fue arrollada por el auto de Navarro.
Al día siguiente, vecinos indignados atacaron las viviendas de los acusados, destrozaron el VW Golf de Navarro y durante horas se enfrentaron con la Guardia de Infantería, que llamó a otras fuerzas para frenar la cosa a balazos de goma.
Antes de la sentencia, la madre de Enrique Díaz habló con Día a Día y le contó que su hijo "era todo lo que tenía". "Era mi amigo, mi compañero. Me dejaron sin nada", se quebró Graciela Ferreyra.
Recordó que aquella madrugada un vecino tocó el timbre de su casa y le dijo que su hijo había sufrido un accidente. “Corrí hasta el lugar pensando que tenía un brazo o una pierna rota. No esperaba encontrarlo de ese modo. Lo levanté en mis brazos, respiró una vez más y murió. Murió conmigo al lado”, dijo Graciela con la cara llena de lágrimas.