La vacuna contra el coronavirus que desarrolló la Universidad de Oxford y en cuya producción participará un laboratorio de la Argentina será la más barata de las medicaciones que hasta ahora dieron resultados positivos en la lucha contra la pandemia.
Será la más accesible porque se producirá "al costo" en una primera etapa, tal como lo estableció en el acuerdo en el que Oxford le entregó a la compañía farmacéutica AstraZeneca las licencias para su comercialización y distribución. Cada dosis, tendrá un valor de entre 3 y 4 dólares.
Manuel Sobrado, CEO del Grupo Insud que se encargará de la producción en la Argentina, explicó que las otras dos vacunas que también se prueban en la fase 3, la última antes de lograr la aprobación final para su uso, se venderán a un costo de entre 19,50 y 35 dólares.
Las más caras serán las que elabora la firma Moderna Inc, que se ofrecerán a un valor de entre 32 y 35 dólares, en el que se contemplarían las dos aplicaciones que parecieron necesitarse para generar los anticuerpos necesarios.
Según repasó Sobrado, el segundo proyecto que genera expectativas es el que lleva adelante Pfizer y con el laboratorio alemán BioNTech. “Se está probando en el hospital Militar de la Argentina y el precio de venta es de 19,50 dólares”, explicó el ejecutivo.
Así, el proyecto que inició AstraZeneca y que contempla la “producción a riesgo” financiada por la Fundación Slim cumplirá con la premisa que fijaron los científicos de Oxford: que la vacuna sea accesible y que se garantice su equitativa distribución.
"Ellos querían tener la vacuna disponible en forma simultánea en todo el mundo y a un precio accesible tan pronto sea aprobada", remarcó Sobrado, al participar de una conferencia por Zoom que organizó la consultora M&R de Gustavo Marangoni.
El referente de Insud recordó que del laboratorio mAbxience que poseen en la localidad bonaerense de Garín ya comenzaron las tareas para adaptar las instalaciones y concretar la transferencia de conocimiento necesaria para producir la vacuna. Dijo que la producción podría iniciarse en diciembre, pero aclaró que la posterior distribución dependerá de la firma mexicana Liomont, que completará el proceso de producción, y luego de AstraZeneca que comercializará la tan esperada medicación.
La frustrada posibilidad de producir para Europa
Durante su presentación, Sobrado explicó que en las negociaciones que llevó adelante el dueño de Insud, Hugo Sigman, con los representantes de AstraZeneca y de la Fundación Slim, se barajó la posibilidad de que mAbxience también produzca los reactivos para el mercado europeo.
"Nos habían ofrecido hacer la plataforma de producción para europa pero no tenemos la capacidad instalada", lamentó.
Por lo pronto, la prioridad es continuar con esa producción al costo para garantizar que todas las personas que integran los grupos de riesgo y el personal sanitario accedan a la vacuna contra el Covid-19. Ese criterio se mantendrá mientras dure la pandemia.
Consultado por Vía País respecto a las gestiones de la Argentina para obtener la vacuna, Sobrado explicó que aún existe un proceso de compra que el gobierno de Alberto Fernández debe gestionar con los representantes de AstraZeneca.
"Se ha dicho que las autoridades nacionales quieren comprar 11 millones de dosis. Hay todavía un proceso en el medio de compra", se limitó a señalar.
En ese marco, el presidente Fernández mantuvo el jueves nuevos contactos con los representantes de la farmacéutica con sede en Londres, a quienes les manifestó que producir la vacuna "sin fines de lucro y en la Argentina es un sueño cumplido".
"Se ha concretado todo: que la vacuna sea una realidad, que no tenga fines de lucro, que se produzca en la Argentina, que se haga en conjunto con México y sea una solución para América latina", expresó el mandatario durante una comunicación que mantuvo desde la Quinta de Olivos, por videoconferencia, con Pascal Soriot, CEO global del laboratorio AstraZeneca.
En este marco, desde el laboratorio AstraZeneca ratificaron que el resultado de los estudios clínicos estarán listos entre octubre y noviembre de este año. Las pruebas correspondientes a la última fase se llevan adelante en los Estados Unidos, en Inglaterra, en Sudáfrica y en Brasil.