El drama de la sanjuanina que no consigue empleo luego de trabajar 12 años en Falabella

Hace un mes aceptó el retiro voluntario y no para de repartir currículums, sin suerte.

Belén fue consultora, cajera y también trabajó en la sección de deportes. Diario Huarpe.
Belén fue consultora, cajera y también trabajó en la sección de deportes. Diario Huarpe.

Belén Mejiba tiene 41 años y durante los últimos 12 trabajó en la tienda de Falabella de San Juan, la que este 31 de marzo cerrará sus puestas para siempre. Luego de acordar el retiro voluntario hace poco más de un mes, comenzó a repartir currículums por todos lados, sin tener la suerte de obtener una respuesta favorable.

Su esposo tiene esclerosis múltiple y no puede trabajar. Además, tienen cuatro hijos de 12, 13, 18 y 20 años. Afirmó a Diario Huarpe haber estado dos días llorando y atravesar el duelo, aunque la esperanza de conseguir un nuevo empleo la moviliza para salir adelante. En Falabella fue cajera, consultora y hasta trabajó en la sección de deportes. El 17 de febrero pasado fue su último día laboral y al finalizar el mismo, no pudo evitar romper en llanto.

“He llorado mucho, estuve dos días en la cama, sentía odio, bronca, estaba como enojada. Mi hermano de Córdoba, que siempre es el que me levanta, me decía `el tiempo va curando las cosas´ así que creí en esas palabras y me ayudaron a levantarme”, contó, y agregó: “Tengo que levantarme y volver a empezar”.

Falabella la formó, la capacitó, hizo muchos cursos, pero aun así no consigue empleo. La vida parece estarle jugando una mala pasada. Hace seis meses falleció su padre y luego un amigo suyo. Cuando le avisaron que la tienda cerraba, todo el entorno se le vino más abajo aún. “Yo no lo veía como mi trabajo, iba con gusto, con una sonrisa y ahora nos despedimos llorando. Es muy fuerte lo que estamos viviendo”, admitió.

Belén junto a sus hijos. Diario Huarpe.
Belén junto a sus hijos. Diario Huarpe.

Si bien aceptó el retiro voluntario que implicó una importante suma de dinero, no sabe hasta cuándo va a estar sin trabajo por lo que tiene que ajustarse. Sus dos hijos mayores estudian y ella no quiere que saltan a trabajar y dejen de hacerlo. “Yo quiero trabajar, es el mejor legado que me dejó mi papá y quiero dejarles la mejor enseñanza a mis hijos”, comentó.

Junto a sus ex compañeras de Falabella tienen un grupo de WhatsApp donde se van informando de ofertas laborales que van viendo. El dolor compartido es muy fuerte así como también la solidaridad. Algunas de ellas salieron a flote con emprendimientos, mientras que otras esperan el llamado de un nuevo empleo.

“Aparte de este trago amargo, me llevo la mejor experiencia laboral”, afirmó Belén, sosteniendo que lo mejor que se lleva de esa etapa de su vida es la amistad con sus pares. “Nosotros compartíamos la misma mesa con los chicos de limpieza, de seguridad, éramos todos una sola persona. Ahí no había jerarquías, éramos todos iguales, no había diferencia entre los directores, gerentes, empleados, éramos todos uno solo y trabajamos en equipo y con gusto. Dejamos todo en esa tienda”, relató.

Por último, Belén concluyó: “Te daba gusto ir a trabajar porque había un clima laboral que no se ve en ningún lado. Nos hacían sentir en nuestra propia casa”.