San Juan: hermanitas viven en la pobreza y no estudian porque no tienen anteojos

Tienen 12 y 16 años. Fueron abandonadas por su madre y ahora viven con su padre, quien hace changas para sobrevivir.

Roberto Peña, papá de las menores
Roberto Peña, papá de las menores

En la Rioja Chica, uno de los barrios sanjuaninos más populares, dos nenas de 16 y 12 años atraviesan una situación desesperante. Sin mamá, quien dejó el hogar para formar una nueva familia, y con un papá que se la rebusca diariamente para llevar un plato de comida a la casa, las menores viven en la extrema pobreza y una de ellas dejó de ir a la escuela porque tiene dificultades en la vista y no tiene dinero para comprar sus anteojos.

Roberto Peña es herrero y papá de las menores. Según explicó al diario Tiempo de San Juan lo que gana en su oficio no le alcanza para cubrir algunos gastos, entre ellos los $5.000 que cuestan los lentes que necesita una de las nenas, quien sufre de un astigmatismo que le condiciona la visión. "Tengo un mal pasar, pero mi pedido es para la chiquita que le hacen falta unos lentes para la escuela. Ella va pero con mucha dificultad, no ve bien las letras del pizarrón, lo necesita si o si para poder desempeñarse porque así la cosa es muy complicada. Lo que gano me alcanza para pagar el pique y alguna que otra cosa importante", explicó.

Roberto Peña, papá de las menores
Roberto Peña, papá de las menores

La menor de 12 años asiste a 5to año de la secundaria en la Escuela Belgrano de Capital. Junto a su hermana, asisten a un merendero de la zona. Sumado al drama que vive por la crisis económica, está la tristeza por el abandono de su mamá. "Se están desempeñando bien, yo nunca las dejo de lado, por eso necesariamente a veces tengo que pedir ayuda para que tengan lo necesario. Uno como todo padre trata de darle lo mejor a los hijos, y es decepcionante no poder darle lo inmediato. Sé que no soy el único, que todo el país está igual", dijo Peña.

El drama de dos hermanitas en San Juan.
El drama de dos hermanitas en San Juan.

El papá, angustiado, contó que trabaja de lunes a lunes y que ni siquiera descansa los domingos porque "un día que no trabajo es día que no comemos". Desde las redes sociales varias personas organizaron una movida solidaria para ayudar a Peña, sobre todo para colaborar con los lentes que necesita una de sus hijas.