El médico detenido ayer acusado de homicidio simple por la muerte de Isabel Beatríz Gattari calentaba las empanadas en el horno para esterilizar los elementos quirúrgicos. Las deplorables condiciones de higiene en las que trabajaba Carlos Arzuza en la clínica clandestina de la calle Alem se conocieron durante un allanamiento.
Personal policial se sorprendió al abrir el horno esterilizador y encontrar comida. Además, destacaron la mugre generalizada del lugar. Las prótesis mamarias las tenía en bolsas de residuos. Además se secuestró material que presuntamente utilizaba para practicar abortos, informa el diario El Sol.
El médico quedó detenido ayer, acusado por la muerte de una paciente a la que le realizó una cirugía estética y falleció horas después de la intervención.