El trash cooking no se trata de cocinar con basura, sino de aprovechar al máximo los productos. El objetivo es claro: generar desperdicio cero, cuidando el bolsillo a full.
El agua de las latas de garbanzos (aquafaba) reemplaza a la clara de los merengues.
Las hojas de remolacha sirven para ensaladas y, mezcladas con arroz y huevo, para buñuelos. Las pencas de acelga fritas con ajo son una gran entrada, también las hojas de brócoli.
Con pan duro se pueden hacer crutones o un rico budín de pan para el postre.
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