La más usada. Deriva de la sal de tierra o roca y está compuesta por un 95% por cloruro de sodio. Se trata para que adquiera una pureza de mayor grado así como para alargar su tiempo de conservación. Para todo tipo de platos.
Proviene de las minas de sal y se origina gracias a la cristalización del cloruro de sodio. Al ser más pura, es más amarga que la común. Es más seca y más grande. Se utiliza para salar el agua y cocinar a la sal.
Considerada un producto gourmet, se extrae de la fina capa que se forma en la superficie de los bancos de sal en las salinas. Es suave y contiene una menor cantidad de sodio. Se usa para emplatar carnes, pescados y verduras.
También es considerada gourmet. Proviene de Inglaterra. De elaboración artesanal, su textura es crujiente y en forma de escamas. Es perfecta para agregar a carnes y verduras a las brasas, una vez que están cocidas.
Su color se debe a que se mezcla con carbón activo. Tiene origen marino, por lo que su composición es rica en sodio. En la cocina, se usa para decorar platos por su característica tonalidad. Se lleva muy bien con los vegetales.
Reducida en sodio y rica en otros nutrientes como potasio, calcio o magnesio. Tiene su origen en las salinas y no sufre ningún tipo de refinamiento. Su tono gris pálido se debe a la existencia de algas marinas. Sirve para cualquier plato.
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