“¡Que encuentre mi tesoro el que pueda entenderlo!”, clamó hace casi tres siglos el pirata francés Olivier Levasseur, alias “El Gavilán”, antes de morir ahorcado, en 1730.
Ya con la soga al cuello, sacó de un collar un criptograma de diecisiete renglones y lo arrojó al gentío, que a golpes intentó atrapar el pergamino.
Levasseur, junto al pirata inglés John Taylor, capturó en 1721 un buque de 800 toneladas lleno de un tesoro perteneciente al virrey luso de Goa y a su obispo.
Tras repartirse el trofeo, "El Gavilán" se ocultó años después en la granítica isla de Mahé, en las Seychelles. Luego, fue detenido en Madagascar y murió en Saint-Denis.
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