Desarrollaron en Río Negro un controlador biológico autóctono de plagas a cielo abierto

Se trata de un sistema de avispas que se alimentan de larvas, esto serviría para disminuir el uso de insecticidas nocivos.

Operario de la EPE fue internado por 40 picaduras de avispas
Operario de la EPE fue internado por 40 picaduras de avispas

Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Río Negro, crearon un controlador de plagas biológico autóctono, para usarlo a cielo abierto, en el control sanitario de campos frutales, informaron este lunes fuentes oficiales.

Los investigadores del Centro de Multiplicación de Biocontroladores (Cemubio) del INTA, desarrollaron un sistema avispas del tamaño de una hormiga que no pica a los seres humanos y se alimenta y parasita en larvas de distintas especies de polillas, como las de la carpocapsa y las de la grafolita, "que se hace presente en los nogales", dijo la ingeniera integrante del equipo de investigadores, Silvina Garrido.

El control biológico de plagas estaba pensado sólo para ambientes protegidos como los invernáculos, "con esto demostramos que se puede trabajar en la fruticultura a cielo abierto con especies nativas", aseguró la investigadora.

Jonatan Lago, Liliana Cichón y Silvina Garrido, investigadores del Cemubio (Foto: Ecos de la tierra).
Jonatan Lago, Liliana Cichón y Silvina Garrido, investigadores del Cemubio (Foto: Ecos de la tierra).

Los resultados del trabajo fueron visibilizados y reconocidos en la convocatoria 2019 de la Red Innovagro y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, (IICA), "se visibilizan ahora pero son de largo tiempo", dijo Garrido y remarcó que el equipo viene trabajando desde el 2004.

"Hoy tenemos 100 hectáreas con este plan, que se viene desarrollando desde hace tres años en el Cemubio del INTA", agregó la investigadora.

En los ensayos, se multiplicaron y liberaron 2000 avispas por hectárea cada 15 días, desde noviembre hasta marzo, "con ese método logramos cosechas con 0% de carpocapsa y se disminuyó en un 80% el uso de insecticidas", aclaró Garrido.