Cuarentena es una de las palabras más utilizadas de un tiempo a esta parte por los argentinos. Es que la emergencia sanitaria producto de la pandemia del coronavirus es un momento inédito en la historia reciente y día a día los hábitos y las medidas de prevención cambiaron la rutina de todos.
Desde Vía Tucumán quisimos conocer como viven los tucumanos esta situación y charlamos con tres familias que relataron como es su vida en épocas de coronavirus.
Margarita vive junto a su hija en el barrio Ciudadela en la capital tucumana. "Estoy en mi casa desde que empezó la cuarentena. Trabajo de forma independiente y tenemos una empresa familiar. Salí cuatro veces dos a trabajar, una al súper y la otra para ponerme la vacuna", comentó.
Un tema que sin duda atraviesa de manera transversal esta etapa de aislamiento es la economía y como cada familia resuelve sus necesidades básicas. "Por lo general trato de ir cada dos semanas al súper para ir comprando lo que voy necesitando pero este mes tuve que comprar más cosas para no salir de casa. El pan compro una sola vez a la semana y lo frizo, voy sacando a medida que necesito", explicó sobre la organización de las compras.
Además, Margarita explicó cómo se vio modificada su vida laboral: "Tuvimos que cerrar, solo voy cuando me piden mercadería puntualmente sino le pido a mi hermana que entregue, tengo 66 años y no quiero salir por miedo ya que estoy en el grupo de alto riesgo. Salgo con barbijo cuando salgo".
Los hábitos también se modificaron con la cuarentena y la rutina ya no es la habitual. "Me solía levantar siempre a las 6.30. Ahora aprovecho y duermo un poco más. Hay días que me levanto a las 9:30. En cuanto a la casa limpiaba todo una vez a la semana ahora todos los días limpio un poco. Dejé de ir a zumba y cuando puedo hago ejercicios por medio de videos. Rezo todos los días el Rosario a las 15 por el mundo, por la salud y porque pase todo esto pronto", detalló.
Por último aseguró que lo que más le cuesta sobrellevar en esta etapa inédita que se está viviendo es la monotonía que genera tener que estar todo el día en casa.
Virginia vive junto a su esposo y sus tres hijos en el barrio Álvarez Condarco en San miguel de Tucumán. "Estamos en casa hace casi 25 días", contó a Vía Tucumán. "Las veces que hemos salido ha sido para hacer compras para la casa, y a la farmacia. Compramos un poco más ante alguna urgencia que pueda ocurrir, pero gastamos la plata habitual. Creo que el gasto fue igual porque fuimos y compramos todo junto, en cambio en los días normales compras de a poco y terminas gastando más", analizó sobre el dinero que vienen invirtiendo para abastecer a la familia.
La pareja tiene tres hijos, por lo que la educación se ve golpeada ante esta situación: "Con los chicos y la educación es complicado. En mi caso mis hijos son tres. Con la mayor ella usa classroom hasta que se acostumbró fue un proceso y se dificulta por las condiciones en las que está funcionando Internet en el barrio. Con los más chicos nos manejamos por Whatsapp con la maestras. Es complicado porque están cansados, aburridos y no quieren hacer nada".
"Mi vida laboral se vio muy afectada. Soy peluquera y me manejo con clientes a domicilio por qué está muy complicado. La situación de incertidumbre de todos hace que no haya trabajo", dijo Virginia.
En cuanto a los hábitos familiares aseguró que, "el encierro nos ha cambiado muchísimo. Siempre hemos compartido, la cena siempre era el momento en el que todos nos veíamos y compartíamos lo que nos pasaba en el día. Pero ahora la importancia de la familia, el extrañar a gente que no pensábamos, el encierro nos hizo dar cuenta", además añadió que "nos han cambiado mucho en los horarios y en los días, la comida es toda casera, ya no hay nada comprado rápido, el orden de la casa, el que todos colaboren en los quehaceres".
Jonathan es oriundo de la ciudad de Lules, de donde es toda su familia, pero hace algunos meses se encuentra viviendo solo en la capital provincial por razones de trabajo.
"Estoy en casa desde que comenzó la cuarentena y desde ese momento no volví a Lules para resguardar a mi familia", arrancó diciendo y explicó: "Durante la semana salgo todos los días a trabajar, soy empleado en una droguería y la actividad continúa con normalidad. Para abastecerme de mercadería y alimentos voy una vez por semana al super".
En cuanto a sus gastos, Jonathan comentó que es menor debido a que solo se limita a comprar lo necesario evitando despilfarros.
"En mis hábitos se modificaron la limpieza, tengo más conciencia en cuanto al lavado de manos y la desinfección de las cosas, también se modificaron mis horarios", afirmó.
Entre lo que menos soporta de la cuarentena afirma que principalmente es el miedo que genera la situación y el temor a un posible contagio, sumado al uso de barbijo y guantes que generan una imagen diferente.