Aquel 19 de marzo, cuando el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, decretaba la primera etapa del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en la Argentina se registraba 128 casos y solo 3 muertes, cada familia, comenzaba a entender y a experimentar por primera vez, lo que serían los cambios de rutinas.
José Alvarado (26) y Florencia Henriquez (21) son novios hace 7 años y medio y conviven desde hace dos. José trabaja en una rotisería y Florencia cuida a dos nenes, para ambos la actividad se paró con el aislamiento obligatorio. "Desde que comenzó la medida obligatoria estamos en casa, la rotisería en la que trabajo cerró y Flor tampoco fue más a su trabajo, el único que sale soy yo una vez por semana para hacer las compras", cuenta José.
Florencia Llopis (40) por su parte vive con Carlos Chacón (43), su marido y su dos hijas, Aitziber (10) y Lola (3), para ellos la vida también se vio modificada, están cumpliendo el aislamiento desde el día que fue decretado y es Florencia la encargada de hacer las compras: "Desde que comenzó todo esto la única que salió fui yo y solo un par de veces a comprar alimentos", asegura.
En el caso de José y Flor, cada uno además de sus trabajo tenía sus actividades deportivas. José salía a correr, y Florencia además de acompañarlo algunas veces también integra el equipo de fútbol femenino del Club Olimpo. "Ahora Flor entrena en casa todo los días, y yo hago cosas que tenía postergadas, trabajos en el patio, pintó y algunos otros arreglos, compartimos, el almuerzo y la cena, antes por mi trabajo, yo no comía nunca en casa", relata José y agregá: "Esta situación también nos hace gastar más plata, porque comemos más".
En el caso de la familia Chacón LLopis, el gasto de dinero fue directamente proporcional a la reducción de actividades: "Nos dimos cuenta que se puede vivir con mucho menos, en nuestro caso gastamos muy poco, ni siquiera gastamos nafta. Carlos es chef y su trabajo cerró y yo soy Diseñadora Gráfica, tengo algunas horitas en el Colegio Holandés, plástica de primer grado, actualmente estoy trabajando con los alumnos de manera virtual. Además mi actividad paralela que tienen que ver con la tarjetería y papelería, también se redujo a cero, ya que todas las fiestas fueron canceladas o reprogramadas", cuenta Florencia.
José y Florencia, ahora comparten las tareas del hogar y la cocina: "Yo me levanto más temprano siempre y sacó el perro al patio, barro y acomodo un poco antes que se levante Flor, y después en estos días cocinamos mucho juntos", cuenta José.
Para una familia con hijos, las tareas del colegio también cambiaron el ritmo de la casa. "Nosotros nos la repartimos, la verdad que tampoco nos volvemos locos con eso. Los chicos también sienten toda la situación que estamos viviendo, Aitziber ahora se acuesta y se levanta más tarde, luego durante el día vamos haciendo tareas, pero con cero presión, además yo tengo a la chiquita que es super demandante, así que hagan lo que tengan ganas porque también ellos sufren a su manera", asegura Flor.
El aislamiento para José y Flor, ha sido una oportunidad para pasar más tiempo juntos y buscarle la vuelta para lograr el equilibrio entre ambos, pero como cuenta Flor, también tiene su costo y su parte más dificil: "Por momentos me he bajoneado por el tema económico, porque hay que pagar las cosas y no entra dinero a casa, eso me preocupa".
En este contexto, las sensaciones y emociones están muy presente y para una familia con hijos, la situación económica también es la primera preocupación: "Transité por angustia cuando comenzó todo, fue una angustia más que nada económica. Mi mamá me dijo que de alguna manera nos iban ayudar si lo necesitábamos y eso me tranquilizó, así que cuando logré serenar la mente, me di cuenta que éste tiempo lo podía aplicar en aprender y capacitarme, así que hice todo tipo de curso de marketing por Internet, estuve muy metida en eso", explica Florencia.
Tanto José y Florencia, que viven sin hijos como la familia Chacón LLopis, que atraviesan el aislamiento social, preventivo y obligatorio con sus dos pequeñas, intentan adaptarse a esta nueva realidad que nos toca a vivir a gran parte del mundo y como resume Florencia Llopis: esto es "una oportunidad de meternos para adentro y ver lo que podemos cambiar, estamos viviendo todos muy acelerados, todo es plata, plata y me parece que no va por ahí la cosa, hay que bajar y ya se va a poder salir, y salir de otra manera, salir mas solidarios, más tranquilos".