Colorinches Tresarroyenses: "Oh Capitán, mi Capitán"

El tresarroyense Amelio Milo Darcangelo fue el encargado de diseñar el casco, de la mítica Fragata Libertad, el Buque Escuela que desde hace más de 50 años recorre los mares del mundo.

ARA Libertad
ARA Libertad

Para justificar esta nota bastaría con decir que el tresarroyense Amelio Milo D'arcangelo fue el encargado de diseñar el casco, de la mítica Fragata Libertad, el Buque Escuela que desde hace más de 50 años recorre los mares del mundo. Pero aún, semejante mérito para cualquier mortal, es apenas un detalle en la vida de este coterráneo, reconocido en el mundo entero y casi olvidado en su patria chica.

Amelio Milo D'arcangelo 2
Amelio Milo D'arcangelo 2

Amelio Milo D’arcangelo nació en la tranquila Tres Arroyos el 13 de febrero de 1914, meses antes de que el mundo convulsionara en el primer espanto mundial del siglo XX. Hijo de inmigrantes italianos, originarios de la región de Abruzzo ubicada al este de Roma, tuvo una infancia humilde y llena de privaciones, quizás con el hambre golpeando en su estómago como golpearían por aquellos años los acreedores las puertas de madera de las casas.

Sin embargo ni las privaciones, ni la falta de las cosas básicas, pudieron quebrar su espíritu de superación. Trabajando de lavacopas en su adolescencia, durante el día y estudiando por las noches, logró alzarse con una beca para estudiar en la Escuela Naval Militar de Río Santiago, egresando, cinco años después, en 1937, con el grado de Alférez de Fragata en el Cuerpo de Ingenieros Maquinistas, y recibiendo la medalla Almirante Brown y el Premio Mitre por ser el primero de su promoción.

Amelio Milo D’arcangelo
Amelio Milo D’arcangelo

Un año más tarde, mientras desempeñaba funciones como jefe de máquinas en el remolcador Oma, la Armada Argentina lo selecciona para viajar a Estados Unidos como estudiante de construcción naval en el Massachusetts Institute of Technology, (MIT) recibiendo al egresar, luego de tres años de post grado y debido a sus altas calificaciones, el título honorífico del Decano de la Facultad de Ingeniería, convirtiéndose en el primer argentino en conseguir el título de Ingeniero Naval.

Amelio Milo D’arcangelo
Amelio Milo D’arcangelo

De regreso a La Argentina ingresó al Cuerpo de Ingenieros Navales y fue destinado a los Talleres Navales de la Base Naval de Puerto Belgrano. Luego de desempeñar varias tareas en los Talleres Generales fue nombrado Jefe de la Sección Casco, donde realizó, durante la Segunda Guerra Mundial, dos reparaciones que le otorgarían aún más prestigio internacional.

Armada Argentina
Armada Argentina

El primero fue la reparación del buque tanque británico SS Longwood, torpedeado en el Golfo de Bengala. Fue la primera vez que se aplicó soldadura eléctrica en la reparación de un buque de relativo gran porte de construcción remachada, con su casco seriamente averiado.

La otra fue la reparación del arbotante y de la hélice de estribor del crucero ARA Almirante Brown. La reparación del arbotante, construido en acero fundido, requirió sofisticados tratamientos térmicos. Para la reparación de la hélice fue necesario idear una estrategia de reparación inédita por aquellos años, creada especialmente para ese buque, por el ingeniero D'arcangelo convirtiéndose en la única reparación de este tipo que se realizó en la historia naval, la cual fue un verdadero éxito.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial ya con el grado de Capitán de Fragata, máximo galardón naval por aquellos años, tuvo a su cargo los diseños de la construcción de la fragata ARA Azopardo y, el más importante, la que terminó siendo su obra maestra, el diseño del casco de la Fragata ARA Libertad. La construcción del casco con uniones soldadas son consideradas como un anticipo fundamental para los cánones de construcción naval de su tiempo y hasta el día de hoy reconocida mundialmente por su diseño de excelencia.

Fragata Libertad
Fragata Libertad

En 1951, Amelio D’arcangelo supervisó la adquisición en los Estados Unidos, de los cruceros ARA General Belgrano, hundido durante La Guerra de Malvinas, y del 9 de Julio y la construcción de los patrulleros King y Murature.

El Crucero ARA General Belgrano, orgullo de la Armada Argentina y que fue hundido por Gran Bretaña durante la guerra por las Malvinas en 1982.
El Crucero ARA General Belgrano, orgullo de la Armada Argentina y que fue hundido por Gran Bretaña durante la guerra por las Malvinas en 1982.

En 1953 pasó a retiró y se radicó definitivamente en los Estados Unidos debido a la enfermedad de su esposa norteamericana que sufría diabetes. Por aquellos años en nuestro país era muy difícil y muy caro adquirir la insulina necesaria para el tratamiento, por lo cual, pensando únicamente en la calidad de vida de su mujer, emigró para siempre de Argentina.

En el país del norte Amelio D'arcangelo, convocado por la Armada de los Estados Unidos creó la carrera de Ingeniería Naval en el Virginia Polytechnic Institute (VIP) y en 1963, creó la misma carrera en la Universidad de Michigan, donde dictó clases hasta su jubilación definitiva en 1984.

Fue el autor de la "Guía para Estructura de Buques", un manual que ha sido y sigue siendo hasta el día de hoy, referencia para todos los ingenieros navales del mundo.

Libro de Amelio D'arcangelo "Guia para estructuras de buques"
Libro de Amelio D'arcangelo "Guia para estructuras de buques"

En 1991, el capitán D'arcangelo recibió el premio William H. Web Award, una especie de Premio Nobel para los ingenieros navales, otorgado por la Sociedad de Ingeniería Naval y Mecánica de Nueva York.

El 2 de marzo de 2003, Amelio Milo D'arcangelo falleció en Blacksburg, Virginia, a los 90 años. Reconocido en el mundo entero, olvidado en su país de origen e ignorado en su "patria chica" porque parece real, y escandaloso a la vez, aquella sentencia de "nadie es profeta en su tierra", real pero inadecuada para un hombre, que vivió y respiró mar, que dedicó su vida a los barcos y las olas, por eso, cambio la sentencia, y para recordarlo como Amelio D'arcangelo se merece, nada mejor que el inicio de aquellos versos del gran Walt Whitman: "Oh Capitán, mi Capitán".