Después de consagrarse campeona en Primera División a mediados del año pasado, Macarena Sánchez Jeanney se encontró en los primeros días de 2019 con la desagradable noticia de que se había quedado sin club. Así se lo comunicó el entrenador de UAI Urquiza, entidad a la cual intimó para regularizar su relación laboral como profesional.
A poco de haber cumplido 27 años, la santafesina decidió iniciar acciones extrajudiciales asesorada por un equipo de abogadas para encarar un problema que la excede, ya que advierten que "las jugadoras de fútbol en Argentina son sistemáticamente vulneradas en sus derechos como trabajadoras del deporte por la simple razón de ser mujeres".
El primer apuntado fue el club que la dejó sin trabajo al menor por seis meses, ya que a esta altura de la temporada el libro de pases está cerrado y no puede incorporarse a otro plantel. En el escrito que hicieron público, sus representantes legales manifiestan que la institución utiliza "mecanismos fraudulentos como pantalla para encubrir el vínculo laboral" no sólo en su caso sino en el del resto del plantel.
"Dichos mecanismos son una réplica exacta de aquellos utilizados para negar el reconocimiento de la relación profesional de los hombres jugadores de fútbol durante los años 30", recordaron en el comunicado a la hora de trazar un paralelo con la etapa en la que estaba instaurado el amateurismo marrón como práctica corriente.
Sánchez también extendió la intimación a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y recordó los compromisos asumidos ante FIFA para promover la igualdad de género y combatir la discrminación hacia la mujer. Por esto considera que la entidad debe intervenir al respecto.
"El fútbol será feminista, disidente y profesional", afirmó Macarena en la publicación con la que dio a conocer su historia después de seis años como parte de uno de los equipos más importantes a nivel nacional.