El miércoles, durante el primer día del juicio oral y público por el homicidio de Cristian Munyau, ocurrido en julio de 2017 en la Villa de Merlo en San Luis, el acusado, Emiliano Schiaverano, se abstuvo a declarar y ahora comenzó la etapa de producción de prueba. Está imputado por homicidio simple, con un pedido a 12 años de cárcel.
El 3 de agosto de 2017 fue la única vez que el imputado contó a las autoridades lo que pasó esa fatídica madrugada del 22 de julio cuando encerró con su auto a Cristian Munyau en una calle de Merlo por una discusión que habían tenido unas cuadras antes. Las heridas que sufrió Munyau, que en ese momento tenía 20 años y circulaba en moto, se cobraron su vida cinco días después en el Hospital San Luis.
Ese sábado a la noche, el día que sucedió la tragedia, Schiaverano y Munyau, cada uno con su grupo de amigos, salieron al boliche BNZ de la localidad merlina y una vez que se fueron, terminaron en un kiosco sobre calle Poeta Agüero al 300.
Algunos testigos relataron que Rodrigo Munyau, hermano de Cristian, provocó a Emiliano en ese comercio. Pero otros, en cambio, señalaron que Schiaverano y Cristian Sterzer, el joven que lo acompañaba en su Ford Fiesta Kinetic, fueron los provocadores.
Rodrígo esa misma noche recibió una paliza en la calle, por parte de unas cinco personas. Los ocupantes del Fiesta negaron haber participado. Cristian llegó unos minutos después en su Motomel S2 150 y enfurecido cuando se enteró lo ocurrido con su hermano, salió en busca de Schiaverano.
Lamentablemente lo encontró en Avenida del Sol y Presbítero Becerra, y como venganza le pateó el espejo retrovisor izquierdo. Luego, según informó un perito, Schiaverano lo persiguió a más de 70 kilómetros por hora y lo encerró frente a la sucursal del Banco Nación, hizo que el motociclista cayera y derrapara 21 metros junto a su moto.
Toda la situación no quedó registrada, pero las luces de los vehículos se ven en una filmación de las cámaras de seguridad del banco, a partir de las cuales pudo inferirse que la maniobra de Schiaverano fue intencional.
¿Fue un accidente?
Schiaverano en su única declaración ante Jorge Pinto, juez Penal de Santa Rosa, dio a entender que todo se trató de un accidente y que nunca tuvo intenciones de matar.
Aunque admitió que habían discutido y que le habían roto el espejo de su Ford Fiesta, aseguró que persiguió a la víctima para pedirle explicaciones de por qué lo había hecho; además refirió que no era la primera vez que Munyau le pateaba el auto.
Pinto valoró otras actitudes incriminatorias del acusado, como el hecho de escapar sin asistir a la víctima y tratar de borrar las marcas que el accidente dejó en su auto, que hizo por una cuestión de "estética" según declaró el acusado.
El 6 de agosto de 2017, Pinto procesó al automovilista por homicidio simple y lo envió a la cárcel con prisión preventiva. En línea con la hipótesis que labró el juez, el fiscal de primera instancia, Roberto Silvestre, sostuvo la acusación y pidió 12 años de cárcel.
La pena podría ser peor
En el inicio del juicio oral, el fiscal de Cámara, Néstor Zudaire hizo reserva de solicitar el cambio de calificación legal del hecho dependiendo de los detalles que se ventilen en el debate. De considerarlo, podría pedir que condenen a Schiaverano por homicidio calificado por alevosía, una figura penal mucho más grave que el homicidio simple.
El próximo miércoles 27 de marzo, a partir de las 8, el tribunal compuesto por Sergio Darío De Battista, Juan Manuel Saá Zarandon y Sandra Elizabeth Piguillem recibirán las últimas testimoniales; y en la misma jornada se clausurará el período probatorio para dar lugar a la etapa de alegatos y emisión del veredicto.