Vendió hasta el inodoro para pagar una entrada de ¡18 mil pesos!

Matías es sanjuanino y pagó una fortuna para alentar a River en la final de Copa Libertadores. 

Con fe y esperanza el sanjuanino hará más de mil kilómetros para darle fuerzas a su equipo.
Con fe y esperanza el sanjuanino hará más de mil kilómetros para darle fuerzas a su equipo.

Estuvo presente en la tercera Copa Libertadores que ganó River en 2015 y la Supercopa que acarició su equipo frente a Boca en marzo, y ahora no quería quedar afuera de la final histórica frente al clásico rival. Matías Alaníz es de San Juan y con 20 años hizo de todo para juntar los 18 mil pesos que le cuesta la entrada, ticket que cotiza en "dólares" para quienes no son socios. Hizo changas, cortó el pasto y hasta vendió el inodoro de su casa para juntar la plata y poder viajar a Núñez.

El joven señaló que todo comenzó cuando terminó el partido con Gremio, en Brasil, donde el conjunto millonario logró una heroica remontada y alcanzó la final de Copa Libertadores, sin saber que el rival iba a ser nada menos que Boca. Aquella noche, en su casa y sentado frente al televisor, prometió estar alentando al club de sus amores en el Monumental como sea. Y así fue.

Con fe y esperanza el sanjuanino hará más de mil kilómetros para darle fuerzas al "Millo".
Con fe y esperanza el sanjuanino hará más de mil kilómetros para darle fuerzas al "Millo".

Desde aquel día comenzó a planear el viaje soñado, sabiendo que debía desembolsar un buen dinero para conseguir una entrada. “Cuando ya estábamos en la final me puse a juntar plata. No tengo trabajo fijo, pero hago changas y me la rebusco. Corté el pasto y vendí muchas cosas para poder reunir el dinero. ¿Qué vendí? Desde un termotanque y ropa hasta el inodoro de mi casa. Mis viejos saben de mi fanatismo y me apoyan", expresó entre risas.

Matías sabe que se vienen horas especiales no sólo para él, sino para todos los aficionados de la redonda. Quizás por eso, porque además se trata del club que lleva en el corazón y en la piel, que no se iba a perdonar no estar allí. "Siempre voy a la cancha y ahora tenía que estar. Vendí varias cosas de la casa que no usamos, pero todavía tengo que juntar más plata. ¿Sobre el partido? Le tengo mucha fe al equipo", apuntó entusiasmado.