La historia del policía partero que hace 60 kilómetros para ir a trabajar

Pablo es un policía sanjuanino que todos los días hace más de 60 km para ir a trabajar y ayudó a una mujer a parir.

Pablo Rojas tiene 23 años y asistió a una mamá que dio a luz en su casa.
Pablo Rojas tiene 23 años y asistió a una mamá que dio a luz en su casa.

Pablo Rojas tiene 23 años, es policía en San Juan y todos los días hace más de 60 kilómetros desde su casa hasta la comisaría donde está asignado. Ahora, tuvo que asistir a una mujer que no llegó al hospital para poder parir. El bebé nació a salvo gracias a la intervención del joven agente y su compañera que no dudaron y se pusieron en lugar de parteros por un día.

Pablo asegura que cuando se despertó para ir a trabajar ese día, jamás imaginó cómo iba a terminar todo. Como todos los días salió de su casa en Caucete, un distrito al extremo Este de la provincia, para ir hasta la Comisaría 34, en La Bebida, en la otra punta de San Juan, hacia el Oeste. Para poder llegar a la seccional, Pablo hace todos los días más de 60 kilómetros.

Ese día un llamado a la comisaría alertó a todos. Era de una mujer que aseguraba que estaba en trabajo de parto y no iba a llegar al hospital más cercano. En un patrullero, junto a una compañera, llegó el joven agente. "Le dijimos a la mamá de la chica que pusiera agua caliente. Ahí recordamos lo que se aprende en la escuela sobre partos. En el momento hacíamos fuerza con la chica para que pudiera salir el bebé. Cuando nació la recibimos, la limpiamos, pusimos una sábana limpia debajo de la chica para que la beba naciera con la higiene adecuada", relató Pablo a Radio Sarmiento.

Con asistencia de los paramédicos que iban en la ambulancia, el joven y su compañera, actuaron a la perfección. "Estábamos en contacto con personal de la ambulancia y nos dijeron que no cortáramos el cordón, que ya estaban llegando ellos. Después las trasladaron al Hospital", agregó el policía que ingresó a trabajar a las Fuerzas de Seguridad hace tres años y medio.


"Nunca pensé que me iba a pasar algo así. Tengo mucha felicidad. La mujer nos agradecía por haber ayudado, ya que las circunstancias hicieron que la tuviéramos que recibir nosotros. Cuando nació Francesca, toda la familia gritaba. El padre no quería entrar a la habitación, estaba muy nervioso", detalló emocionado.