La fiscal María Luján Sodero Calvet requirió esta mañana el enjuiciamiento al cura Agustín Rosa Torino por abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual simple. Ambos delitos están agravados por ser ministro de culto reconocido, y los cargos contemplan hasta 20 años de prisión.
Después de numerosas pericias psicológicas y más de 50 testimonios, llegó a la conclusión de que se halla fundamento en el hecho que el imputado habría cometido los abusos aprovechando la cercanía, la confianza, el respeto y la obediencia que las víctimas tenían por él.
Uno de los testigos, un cura de la congregación de Buenos Aires, tuvo un rol fundamental en el requerimiento del juicio; sus superiores le cedieron la responsabilidad de recolectar los testimonios del Instituto San Juan Bautista respecto a los abusos sexuales allí cometidos.
"Los sacerdotes o las religiosas, se veían angustiados, lloraban, bloqueados emocionalmente, les costaba recordar, demoraban varios días en recordar, porque eran tantas cosas que habían vivido, recordaban episodios y les costaba contextualizarlo en el lugar y tiempo. La mayoría se venían escapados del Instituto, porque no querían que los superiores supieran que estaban escribiendo los testimonios, tenían miedo de que los mataran", dijo el presbítero, cuya identidad se conserva.
