Asunción del Paraguay: una escapada a la ciudad donde pasado y futuro se abrazan

Museos coloniales, barrios coquetos, sabores irresistibles, son algunas de las propuestas que combinan la historia con las comodidades de una urbe cosmopolita.

El despertar guaraní
El despertar guaraní

Para los guaraníes todo es cíclico. El tiempo de la vida es el de sembrar la semilla, cuidar la tierra y recoger los frutos. Haciendo honor a esa cosmovisión mítica y natural, la actual ciudad de Asunción está generando un escenario de propuestas turísticas que combina esas raíces, presentes en la gastronomía y los museos, con las comodidades de una urbe cosmopolita.

En sus barrios coquetos –Las Carmelitas, por ejemplo– abundan los shoppings y hoteles modernos, como el Aloft (las puertas se abren con el teléfono celular), donde se pusieron de moda las terrazas con vista de 360° de la ciudad, ideales para disfrutar del ocaso con una copa y buena música. El Casco Histórico invita a la caminata serena por callecitas adoquinadas, contemplando los bellos collares, hamacas y carteras de las artesanas indígenas. En el barrio Isla de Francia deslumbran el Mercado de Flores y el Parque de la Salud, 15 hectáreas donde mandan los lapachos florecidos y la naturaleza relumbra en todo su verdor.

Un viaje al arte sin tiempo

Museo del Barro

“El barro es la materia con que se hacen los sueños”, dijo alguna vez Josefina Plá, una inmensa artista nacida en España que se enamoró del Paraguay. Podría decirse que aquella frase poética encuentra hoy su correlato en el Museo del Barro, un valioso nicho de la cultura asuncena que hace foco en la diversidad cultural. Situado en el barrio de Isla de Francia, el museo aborda en un mismo nivel el arte popular, el indígena y el erudito, permitiendo que el visitante se conecte con expresiones artísticas tan diversas –en cuanto a su contexto y momento de producción– como la cerámica, las máscaras y el arte plumario de las comunidades tupi-guaraní, matako, zamuko y maskoy, y los imponentes murales contemporáneos de Carlos Colombino, en los cuales el color se logra a partir del uso de distintas maderas. Un sector para no perderse es el dedicado al Ñandutí (hay piezas del siglo XVIII), un típico encaje campesino confeccionado con hilos de seda. En el lugar también funciona El almacén de Doña Estela, la tienda y café del museo, donde se venden preciosos tejidos, objetos de cerámica y otras piezas de arte urbano, indígena y popular del Paraguay.

El despertar guaraní
El despertar guaraní

Mandioca, carne, queso y maíz

Pozo Colorado Restaurant

Techos altísimos, la luz de los ventanales bañando las artesanías indígenas que pueblan el lugar; y en las mesas, hermosa vajilla de barro... En este cálido contexto funciona Pozo Colorado, un restaurant de moda donde se pueden saborear los platos de la gastronomía paraguaya, fundada en un puñado de ingredientes esenciales: maíz, mandioca, carne y el sabroso queso Paraguay. Desfilan por la mesa manjares como la chipa guazú y la sopa paraguaya, el mbeju, el pastel mandi’o y el mandi’o chyryry, entre otros platillos. “El sabor de nuestra carne ha cambiado mucho en los últimos 25 años, en especial la proveniente del Chaco paraguayo porque está presalinizada. Este sabor se debe a que el ganado es alimentado con una pastura por debajo de la cual corre agua salada”, explica a Rumbos el chef Rodolfo Angenscheidt. ¿Una curiosidad? Dentro del restó funciona la carnicería So’o Róga, donde podemos elegir los cortes que deseamos que nos preparen en el momento, o bien comprarlos para llevar a casa. Dos bellos murales del artista Koki Ruiz, hechos con semillas y tierras traídas de distintos rincones del Paraguay, armonizan este espacio destinado al relax y el buen comer.

La ruta de la caña

Este interesante recorrido que parte de la ciudad de Piribebuy, apunta a valorizar la tradicional bebida paraguaya obtenida de la fermentación y destilación de la miel de caña (takuare’ê eira, en guaraní). El tour recorre la ciudad, pasa por el Museo Histórico “Pedro Pablo Caballero”, visita las plantaciones de caña y la planta industrial, para terminar con la degustación de caña paraguaya, mosto y tortas de miel.