¿Cómo afecta el estrés a nuestro sistema inmune?

Los nervios, el cansancio y los problemas cotidianos pueden provocar enfermedades. Se le suman factores de riesgo como obesidad y tabaquismo.

Estrés en el trabajo. (WEB).
Estrés en el trabajo. (WEB).

La llegada del fin de año suele venir con un gran movimiento laboral y personal, que puede generar un alto nivel de tensión que el organismo percibe como una agresión. Y, en este caso, el estrés funciona como un mecanismo de defensa.

Cuando los desequilibrios emocionales son llevados al extremo, se generan cambios a nivel orgánico e inmune, dañando a la salud. Pese a que haya personas que crean que esas modificaciones sólo repercuten en el ánimo o en el sueño, lo cierto es que cuando las exigencias mentales son grandes, no se descansa y existe mucha presión, el organismo produce la hormona del estrés: el cortisol.

Se trata de una cuestión matemática; a mayor tiempo estresados, más cortisol se producirá y mayor facilidad tendrá el cuerpo para desarrollar dolencias psicosomáticas (úlceras, diarreas, hipertensión, vómitos palpitaciones o parálisis musculares). Esto se debe a que el organismo emplea casi toda su energía en otros procesos, deteniendo las actividades de renovación del cuerpo como modificar, reparar y crear tejidos.

Según el Instituto de Inmuno Oncología Dr. Ernesto Crescenti, el problema mayor aparece cuando los radicales libres -generados por el estrés- afectan a los componentes de las células, generando daños en lípidos, proteínas y carbohidratos. De esta manera, entra en escena el deterioro que causa envejecimiento prematuro, procesos inflamatorios crónicos, cáncer, parkinson, alzheimer, ateroesclerosis, cataratas, entre otros. Además, estas situaciones pueden funcionar con el paso del tiempo como como colaboradoras del desarrollo de colon irritable, alergias, enfermedades de la piel y cerebrovasculares, hipertensión arterial, migrañas, lupus y algunos cánceres e infartos.

El estrés no distingue género, por lo que afecta por igual a hombres y mujeres. Es clave asesorarse con un especialista para conocer las formas de prevenir la ansiedad y hallar los problemas que la generan, así como también las soluciones para cada situación.

¿Cómo evitar que el fin de año afecte?

- Identificar el período de nerviosismo extremo e intentar calmarse. Respirar hondo y exhalar varias veces de manera lenta y marcada.

- En los casos de sobrecarga de trabajo o compromisos, cuanto más pormenorizada esté cada tarea y cada parte del día será más sencillo dedicar el tiempo que corresponda a cada cosa.

- Es importante dedicarse tiempo a uno mismo, aunque sea media o una hora al día para relajarse, hacer alguna actividad placentera y olvidar los problemas.

- Hacer deporte es una buena vía de escape al nerviosismo y al exceso de energía. Además, facilita el descanso y la segregación de endorfinas que trabajan en el bienestar del cuerpo y la mente.

- Realizar actividades artísticas para distender la mente.

- Evitar el consumo de estimulantes como el tabaco, el café, el té y las bebidas energizantes.

- Hacer pequeños cortes de rutina y descansar ocho horas.