"Un país desconocido", por Cristina Bajo

Nalé Roxlo disfrutó de una infancia libre, al lado de una madre imaginativa, un hermano cómplice y una abuela fuerte y alegre.

Libros (Ilustrativa). Foto 123RF.
Libros (Ilustrativa). Foto 123RF.

Lo encontré durante este acuartelamiento forzado, mientras me empeñaba en poner cierto orden en las bibliotecas de mi escritorio. En un estante dedicado sólo a poesía, este libro pequeño en edición rústica, sobrecubierta rotosa e ilustración art-déco parecía pedir que lo ojeara. Y por varios días, antes de comenzar a leer el correo o a armar mis clases, lo abrí al azar y leí, sin orden, sus poemas.

No sé cómo llegó a mis manos. Es posible que haya sido de mi madre, a quien le gustaba mucho la poesía y que desde niños nos sumergió en Rubén Darío, Gabriela Mistral, la Storni, Lugones, Amado Nervo, el Martín Fierro y Lorca más adelante.

En este tomito, figuran dos de sus libros de versos: El Grillo, y Claro Desvelo. El autor es Conrado Nalé Roxlo, de quien pensaba tomar varios temas para una antología de poesía para niños. Según mi Diccionario de Literatura Universal, Nalé Roxlo (1898-1971) nació y murió en Buenos Aires. Destacó como poeta, humorista y luego dramaturgo. Estuvo relacionado con el grupo Martín Fierro, muy vanguardista, pero luego se alejó de él y prefirió escribir con una sencillez encantadora.

Cuando incorporó a sus escritos el humorismo, firmaba como "Chamico". Algunos de sus títulos, publicados entre los años 40 y 50: El muerto profesional, La medicina mirada de reojo, Humor de los humores y varios otros.

Entre sus piezas de teatro está La cola de la Sirena, sobre la que recuerdo haber leído muchos artículos; Una viuda difícil, estrenada en teatro y después llevada al cine con dirección de Fernando Ayala y la actuación de Alfredo Alcón y Alba Arnova. No fue la única: le siguieron Historia de una carta, Loco Lindo y Una novia en apuros.

Encontré una hermosa semblanza de él, de su vida y su obra, cuyos datos daré en mis Sugerencias, pero mientras tanto les transcribo un texto que aclara muchas cosas de su persona como tal: "Fue el segundo hijo de uruguayos descendientes de franceses y españoles. Menudo, de rostro delicado y gesto firme, observó, con mirada festiva no exenta de ironía, el mundo a través de los cristales de sus anteojos y del humo del cigarrillo que nunca abandonaba. Gozó de una infancia y de una adolescencia libres al lado de una madre imaginativa, un hermano cómplice y una abuela fuerte y alegre."

Creo que lo que dice María Esther Vázquez en esa hermosa nota es la base de personalidad, de ese sentido jocoso y a su vez nostálgico de la vida. Pero quiero compartir con ustedes un poema que encontré hoy, justamente hoy, buscando un poema para mi hermano Pedro y algunas amigas, que en esta cuarentena, entre otras cosas como cocinar, aprender a hacer pan, pintar, bordar y tejer, se les ha dado por releer a sus primeros poetas.

Se titula "Conformidad":

Más que pesada carga/

Me parece la vida/

Oloroso manojo/

De ramas florecidas.

Entre las ramas frescas/

Hay algunas espinas,

Pero son ya tan viejas/ Que al herir acarician.

Si una lágrima cae/ Sobre las hojas finas,

La desvanece el viento/ Que en la tarde suspira.

Un pájaro celeste/ En el manojo anida,

Tiene las alas grises/ Y la voz cristalina.

Cuando su canto muera/ Entre las ramas frías

Y ya no queden hojas/ Que oculten las espinas,

Encenderé las ramas/ Con unas viejas chispas.

Y será tibia y clara/ La tarde de la vida.

Sugerencias:

1) Imperdible: buscar en Internet "Instantáneas: Los cien años de Conrado Nalé Roxlo", artículo de María Esther Vázquez, clave de este título.