Cazzu, la Jefa del trap, en la cumbre del éxito entre los centennials

Julieta Cazzuchelli, pero más conocida como Cazzu, tiene 26 años y es la principal referente femenina del trap en nuestro país y en latinoamérica. Comparte el estilo con otros músicos como el Duki o Wos, pero ella es la verdadera Jefa: en pocos días tendrá la oportunidad de llenar un Luna Park solo por ella.

La trapera es una de las más popular entre los adolescentes y los jovenes: tiene seis millones de seguidores en Instagram y su hit Nada cosechó el año pasado 50 millones de views en YouTube y 34 millones de escuchas en Spotify. En febrero, lanzó un nuevo simple, "C14torce III", y a los dos días superó el millón y medio de oyentes.

En diálogo con la revista Viva de Clarín, la trapera aseguró que está ansiosa por su show en el Luna Park: "Es un lugar histórico, va a ser como recibirse, como ganar un galardón importante. Yo soy re miedosa igual, pero voy al frente: no le tengo temor al fracaso. Ya fracasé muchas veces, me fue mal en muchos proyectos a los que les había puesto corazón y esfuerzo, entonces no me preocupa eso, ni tampoco lo que diga la gente de mi fracaso. Me considero un Ave Fénix; siempre me voy a levantar."

También se refirió a su concepto del éxito y de la masividad de sus temas: "Muchos artistas se preocupan cuando no tuvieron tantas views, porque no fueron tendencia… No me pasa. Te puede ir mal con un tema y eso no es un castigo. Te la puede bajar, pensar: 'Uy, la puta madre, flasheé que le iba a ir más piola'. ¿Y qué pasa? Nada, hacés otro tema y así. Me gustan las cosas progresivas; no creo en los éxitos rotundos, ni me importan mucho los hits. Me gustan las construcciones diminutas."

Finalmente, la artista habló sobre cómo es ser una de las pocas mujeres en el mundo del trap, en su mayoría de hombres, y expresó cuál es su impresión sobre el movimiento feminista: "No quiero hacer alarde porque pierde valor: cuando me di cuenta de que utilizando el feminismo era un poco más fácil el camino, dejé de hacerlo", explica. "No quería usar una herramienta que no estaba muy segura de entender bien o de si iba a seguir mutando. Trato de ser lo más natural posible conmigo misma, aunque es obvio que mi postura siempre va a ser feminista porque he sufrido la condición de mi género", concluyó.