Lifschitz dijo que los delincuentes buscan "desestabilizar" a su gobierno

El socialista cree que los asaltos y balaceras buscan ensuciar la imagen del oficialismo antes de las elecciones.

El mandatario estuvo acompañado por los ministros Maximiliano Pullaro y Ricardo Silberstein. (@miguellifschitz)
El mandatario estuvo acompañado por los ministros Maximiliano Pullaro y Ricardo Silberstein. (@miguellifschitz)

La saga de doce robos a taxistas en Semana Santa tras el asesinato del chofer Mario Esusy y los ataques a balazos en bares de Pichincha entre el sábado y el domingo tuvieron una "clara intencionalidad política". Al menos así lo entiende el gobernador Miguel Lifschitz, quien este lunes se refirió a la cuestión y comparó la situación con la crisis institucional que se generó el año pasado en medio de los atentados contra el Poder Judicial.

"Algunos preferirían que haya otro gobierno y no que continúe el Frente Progresista. Saben que con este gobierno no van tener posibilidad alguna para negociar", manifestó el ex intendente sobre los presuntos autores intelectuales detrás de la ola delictiva de los últimos días en Rosario.

En declaraciones que luego reprodujo a través de su cuenta de Twitter, el mandatario aseguró que los hechos denunciados "salen de la media" y "resultan sorpresivos". Sin rodeos, señaló que los mismos "tienen un sentido más político" que las balaceras que durante 2018 apuntaron a magistrados y funcionarios que investigaron a "Los Monos" y señaló que el objetivo es "desestabilizar al Ejecutivo en la semana previa a las elecciones primarias".

"En este caso quieren provocar un resultado adverso en el proceso electoral en curso", concluyó el titular de la Casa Gris sobre la hipótesis que sostuvo acompañado por Maximiliano Pullaro y Ricardo Silberstein, ministros de Seguridad y Justicia respectivamente. Para despejar dudas antes de la réplica de los referentes de la oposición, aclaró: "No quiero decir que haya responsabilidad de dirigentes políticos, pero sí están claramente quienes aprovechan para llevar agua para su molino".

Respecto de la gran cantidad de asaltos a choferes de taxi, Lifschitz consideró que es "poco habitual" y que hasta el cimbronazo que generó el crimen de Esusy y el posterior paro que lanzaron sus compañeros. "Había muy pocos robos por mes", recordó a la hora de ponderar que funcionaba "muy bien" la coordinación en los corredores seguros y los botones de pánico.