Ovidio Lagos y Salta, una esquina con un triste pasado de colisiones fatales

La muerte de un motociclista este lunes en dicha intersección recuerda otros dos episodios trágicos.

El 5 de junio de 2014 el Seat atropelló a la docente Miriam Delorenzi en Salta y Ovidio Lagos. (La Capital)
El 5 de junio de 2014 el Seat atropelló a la docente Miriam Delorenzi en Salta y Ovidio Lagos. (La Capital)

El caso del motociclista de 33 años que este lunes chocó con un utilitario y murió en Ovidio Lagos y Salta, una esquina donde al parecer no funcionaban correctamente los semáforos, se suma a otros hechos en la misma intersección que dejaron un saldo fatal.

El 5 de junio de 2014 falleció en el hospital Miriam Delorenzi, docente del Colegio Virgen del Rosario, ubicado a metros de la esquina, horas antes de su deceso había sido atropellada por un Seat que evitó chocar con una moto, se subió a la vereda e impactó contra un puesto de diarios donde estaba la profesora.

A Delorenzi en un primer momento le amputaron las dos piernas por la violencia de la colisión, aunque no pudo recuperarse de la cirugía y perdió la vida.

El conductor del auto fue condenado en marzo de 2015. Se trata de Maximiliano Andrés Gigli, que recibió tres años de prisión no efectiva y siete de inhabilitación para manejar.

El otro caso resonante fue el de la muerte María Antonella Trivisonno, una niña de 6 años que viajaba en la parte trasera junto a sus hermanos en un Fiat Duna que conducía su mamá.

El auto, que circulaba por Salta hacia el centro, fue embestido por un Peugeot 205 manejado por Matías Colabianchi, que por entonces tenía 23 años, y se movía a gran velocidad por Lagos.

El Duna terminó dando varios tumbos y María Antonella murió en el acto.  La Justicia correccional condenó a dos años de prisión en suspenso y a 10 años de inhabilitación a Colabianchi.

Los padres de la pequeña donaron sus órganos y se convirtieron en un emblema a la hora de concientizar sobre la importancia de la ablación.

Fotografías: La Capital