Un informe del Registro de Adoptantes (Ruaga) dio cuenta de una tendencia que existe entre quienes pretenden adoptar. Los datos oficiales marcan que hay 1800 personas inscriptas, de las cuales el 80 por ciento se anotó para adoptar a niños menores de tres años.
Más allá de esto, el año pasado la realidad fue distinta. De las 48 adopciones que se realizaron mediante el sistema Ruaga, sólo 8 fueron niños menores de tres años. Hubo cuatro adopciones de recién nacidos, dos de niños menores de un año y dos de menores de dos. El resto tuvieron como protagonistas a niños de 3 a 12 años.
De los últimos ocho oficios judiciales que salieron este año en Tribunales locales, dos buscaban un hogar para un niño de un año y medio, otro para una beba de dos meses y para un bebé de tres meses, y una beba de 7 meses. El resto era para niños mayores de esa edad: dos hermanos de 9 y 6 años, dos hermanas de 9 y 7, una niña de 3 años y medio, y un nene de cinco años.
El último informe del observatorio de la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes, el organismo advirtió sobre la desproporción entre la cantidad de parejas aspirantes a adopción y los niños declarados en estado de adoptabilidad. Las parejas "usualmente desean bebés, posiblemente apostando a construir un vínculo lo más parecido posible a un hijo biológico, y creyendo poder evitar de este modo afrontar o acompañar las historias previas de los chicos", explicó el documento.
En diálogo con La Capital, Matías Figueroa, subsecretario de Asuntos registrales de la provincia, el Estado debe "trabajar fuertemente para concientizar a quienes aspiran a adoptar para que amplíen su disponibilidad y consideren la situación de niños de más edad", advirtió.
Este año, la provincia puso en marcha una revisión del registro de adoptantes. El listado comenzó a implementarse hace seis años. Muchos llevaban inscriptos y todavía no habían sido evaluados por los profesionales que deben considerar si son aptos para adoptar.
Desde hace dos meses, la dirección de Ruaga comenzó a citar a cada uno de los inscritos. Quienes siguen en la lista, en los próximos meses será analizados por psicólogos y trabajadores sociales que indagarán sobre su capacidad paa recibir a un niños. Al terminar el proceso, estiman que habrá 600 aspirantes.
"La gente tiende a pensar la adopción relacionándola con un bebé, pero hay múltiples situaciones: grupos de hermanos, niños con discapacidad, adolescentes", apuntó el juez de Familia Marcelo Molina.
"No son situaciones fáciles, muchas veces se trata de niños que llevan mucho tiempo separados de su familia e institucionalizados, o que tienen distintas patologías", precisó.
Cuando los jueces agotan la lista de aspirantes de la provincia, se realizan convocatorias nacionales, a veces no alcanza ni eso. Afortunadamente, dijo Molina, "esos casos son contados con los dedos de una mano".