Los gritos de los jóvenes sorprendieron a los vecinos. En la esquina de Mendoza y Moreno, en pleno macrocentro de Río Cuarto, se escuchaban voces y llantos que provenían de abajo del asfalto. Eran cuatro chicos que se habían metido por los desagues pluviales "a explorar".
Los jóvenes, uno de 21, dos de 14 y uno de 16, habían ingresado por la desembocadura del desague en el río, en la zona del Centro Cívico, y caminado unas 25 cuadras en la oscuridad por los caños subterráneos.
“Es un peligro porque el agua de los desagues arrastra suciedad hasta animales muertos, puede haber gases y poca oxigenación. Aca los chicos llegaron bien pero si nadie los escuchaba, era muy peligroso”, advirtió Guillermo Rafti, de Bomberos Voluntarios.
Los jóvenes relataron que el mayor se sintió mal y tenían miedo a no poder volver. Fueron rescatados por la boca de inspección de desagues ubicada en el medio de la calle, poco antes de las 20.