La historia de la misionera que dejó todo para cuidar de sus cinco hermanos

Junto con su marido y sus siete hijos, una joven de 24 años se hará cargo de sus hermanos que se quedaron sin padres.

Ramona (izquierda) con su hijo en brazos sonríe al encontrarse con sus hermanos. (Fuente: El Territorio).
Ramona (izquierda) con su hijo en brazos sonríe al encontrarse con sus hermanos. (Fuente: El Territorio).

Una joven de 24 años quedó a cargo de doce menores después de que su padre muriera a causa del cáncer. Tuvo que dejar la localidad de Dos de Mayo donde vivía con su marido y sus siete hijos para trasladarse al paraje de Sierra Grande de Fracrán que está ubicado entre los municipios de San Pedro y San Vicente.

Ramona Soledad Albrindini de 24 años, además de cuidar de sus cuatro hijos y tres hijastros de entre 6 a 15 años, también se le suman sus cinco hermanos menores de entre 3 y 15 años, quienes perdieron a su madre hace siete meses y ahora su padre hace unas semanas. En total serán doce chicos de los que tendrá que cuidar, ya que el padre de Ramona le pidió ayuda cuando estaba en sus últimos momentos de vida.

Ramona (izquierda) con su hijo en brazos sonríe al encontrarse con sus hermanos. (Fuente: El Territorio).
Ramona (izquierda) con su hijo en brazos sonríe al encontrarse con sus hermanos. (Fuente: El Territorio).

"Soy la hermana mayor, y como tal, no podía negarme al pedido de mi padre. También cuidé de él, ahora estamos acá, son 12 los niños que necesitan ayuda. Todos van a la escuela, no va ser fácil, pero la unión y la fuerza nos ayudarán a salir adelante", explicó la joven. Y agregó: "Estoy feliz de poder estar aquí, no quiero que por ninguna razón alguien se quiera llevar a alguno de ellos".

Ramona comentó que sus padres, cuando estaban vivos, pasaron por carencias y no hubiesen podido subsistir sin la asistencia de sus vecinos, campañas solidarias y la Acción Social Municipal. Hoy día la situación no difiere del pasado, con la muerte del padre de Ramona los vecinos decidieron contar esta historia por redes sociales y a las autoridades locales, que comenzaron a llegar al hogar donde viven, para asistir con lo que fuese posible.

Inclusive personal de la Municipalidad de San Vicente se acercó el viernes pasado para ayudar a la familia. El hogar, donde vivirán los 14 integrantes, se está cayendo porque las tablas de madera comenzaron a podrirse. Casi no poseen muebles o comodidades acordes a su situación actual, tampoco poseen agua potable o utensilios de cocina, ropa y calzado para los niños para que puedan asistir a la escuela.

La familia consiguió aserrar madera para comenzar la construcción de una nueva casa. (Fuente: El Territorio).
La familia consiguió aserrar madera para comenzar la construcción de una nueva casa. (Fuente: El Territorio).

Ramona relató: "Acá tenemos lo que ven, mi papá no tenía para comprar las cosas de la casa, lo que hay está viejo, pero funciona. Me gustaría un secarropas para que los chicos tengan ropa seca y puedan ir a la escuela, algunos no tienen zapatos y el agua para todos la tenemos que cargar con balde de un pozo que está en un potrero, a unos 500 metros de la casa".

Económicamente sólo reciben una Asignación Universal por Hijo (AUH) que le sirve para sumar un poco más al sueldo de agricultor que percibe Mario Ostapiuk, marido de la joven. En estos días la hermana mayor llevará adelante los trámites necesarios para conseguir la tenencia y recibir otra AUH. "Estamos agradecidos con la gente que siempre nos ayudó, los de Acción Social que supieron estar con mis padres y ahora vinieron también a traer ayuda. Ojalá se concrete la bomba para poder tener agua en nuestra casa", expresó Ramona. Según publicó El Territorio.