Crueldad sin límites en el asesinato de Romina Rodríguez una policía de Misiones

Su hijo de 6 años fue testigo del crimen y alcanzó a huir. El asesino le disparó a la cabeza y a su panza de 7 meses de embarazo. Esperaba una nena, que también murió.

Investigadores frente a la casa de Romina Rodríguez, la sargento policial asesinada en Garupá. (Prensa Misionera)
Investigadores frente a la casa de Romina Rodríguez, la sargento policial asesinada en Garupá. (Prensa Misionera)

La policía Romina Rodríguez (35) fue asesinada con tres disparos de arma de fuego, uno de ellos en su cabeza, en su casa del barrio Horacio Quiroga de Garupá, y aún se desconoce el móvil del sangriento ataque. Estaba embarazada de siete meses y su hijo de seis años presenció todo pero alcanzó a huir.

Escenario frente a la casa de la sargento Romina Rodríguez asesinada esta semana. (Misiones Online)
Escenario frente a la casa de la sargento Romina Rodríguez asesinada esta semana. (Misiones Online)

Por el crimen fueron detenidos cuatro hombres de entre 18 y 28 años, residentes en la zona del barrio Nuevo de Garupá, con antecedentes policiales por robos. Son Adelio W. (28), Braián B. (18), Claudio O. (19) y Miguel B. (22). Al menos uno de ellos habría ingresado a la casa de Romina.

Los estudios preliminares de parafina en los acusados dieron negativo, se informó esta mañana. La situación de la pareja de la mujer, que no es policía, también quedó aclarada porque el lunes del crimen salió temprano y se dirigió a su lugar de trabajo.

El caso es difícil de dilucidar, según fuentes pooliciales, porque la sargento Rodríguez no ocupaba un puesto operativo. Su labor se desarrollaba en el área judicial de antecedentes policiales en la Jefatura de Policía. El lunes había concurrido por la tarde a su oficina en la sede de la fuerza, ubicada en el centro de Posadas. Luego se dirigió a descansar en su casa. 

De la casa de Romina, sargento en la Policía de Misiones, desapareció su arma reglamentaria, mientras que fue asesinada por disparos de otra arma -sería un 22 corto- en manos del asesino. Esto lo informó la vocera policial Imelda Báez en declaraciones radiales.

En un principio los investigadores apuntaron a un homicidio en ocasión de robo, pero se siguen otras hipótesis debido al salvajismo del ataque y al hecho de no registrarse ningún faltante en la casa de la suboficial de la policía misionera.

Fueron tres los disparos que terminaron con su vida. Uno en la cabeza y otros dos en el resto del cuerpo. Un segundo balazo, según fuentes policiales, fue dirigido al vientre de la mujer y destrozó a su bebé por nacer, una nena, en el séptimo mes del embarazo. Un tercer balazo dio en una de sus manos.