A 20 años de la crisis del 2001: cómo nació el “que se vayan todos”

Quizás la consigna más cantada durante las protestas sociales durante diciembre del 2001 en referencia al hartazgo y la pérdida de credibilidad hacia la dirigencia política.

Cacerolazo frente al Congreso de la Nación por el corralito y la crisis de 2001. (La Voz/Archivo)
Cacerolazo frente al Congreso de la Nación por el corralito y la crisis de 2001. (La Voz/Archivo)

En diciembre del 2001 se vivió en la Argentina una de las crisis políticas y sociales más profundas que le tocó atravesar al país. Con su población revolucionada en las calles contra el gobierno y las medidas del entonces presidente Fernando De La Rúa y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, nació como canto popular el “¡Que se vayan todos!”.

Un grito que logró unir las voces de millones de argentinos y argentinas cansados y golpeados por la caída de la economía, la pérdida del empleo y las restricciones monetarias encontraron en aquellas palabras el consuelo y la solución a los males que acarreaban en sus bolsillos.

Fernando De La Rúa renunció a la presidencia y salió de la Casa Rosada en helicóptero (Archivo)
Fernando De La Rúa renunció a la presidencia y salió de la Casa Rosada en helicóptero (Archivo)

Lejos de ser un capricho o un llamada a la anarquía, el “¡Que se vayan todos!” fue el refugio y la comunión de personas de a pie para poder pensar en un futuro mejor, distinto con nuevas oportunidades. Luego de una semana maratónica donde en once días se sucedieron cinco presidentes, la credibilidad política quedó debilitada y la sociedad manifestó la urgente necesidad de un recambio de las autoridades políticas y de gobierno.

Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Camaño pasaron entre el 23 al 31 de diciembre por el sillón de Balcarse 50 hasta que finalmente Eduardo Duhalde asume la presidencia el 1 de enero del 2002. Los cánticos ya podían escucharse durante las jornadas del 19 y 21 de diciembre donde se produjeron saqueos a supermercados, cacerolazos que derivó en la renuncia de De La Rúa.

Por entonces, no había un gran consenso acerca de qué representaba tan contundente expresión de deseo como el exigir que todos se vayan. Pero a 20 años de la crisis del 2001, el suceso es recordado como una clara manifestación de hartazgo y pérdida de reconocimiento en las instituciones políticas.

En diciembre de 2001, miles de argentinos se lanzaron a las calles para pedir un cambio. (AP)
En diciembre de 2001, miles de argentinos se lanzaron a las calles para pedir un cambio. (AP) Foto: AP

La bronca de los argentinos y argentinas luego de la caída económica, el corralito y la declaración de estado de sitio se materializó en el “Que se vayan todos” para dejar acentuada la disconformidad hacia la clase política por no estar a la altura de las circunstancias.

Las causas de la crisis del 2001

La Argentina venía de años de recesión económica, caída del empleo y empobrecimiento de la población. También fue un período de fuertes privatizaciones y de cambio de modelo de Estado con políticas neoliberales implementadas durante las gestiones de Carlos Menem.

La mayor irritación llegó de la mano con la retención de capitales en los bancos, que se conoció como “Corralito”. Se limitó a los ahorristas retirar hasta 250 pesos por semana -equivalentes aún a 250 dólares- de cajeros o de entidades bancarias.

Movilización durante las protestas del 2001.
Movilización durante las protestas del 2001.

El fin fue frenar la salida de capitales necesarios para financiar la deuda que sostuvo el tipo de cambio del “1 a 1″ durante años pero que provocó la caída de la economía nacional.