Una pareja de neuquinos recorrió miles de kilómetros para adoptar a tres hermanos

El más chico al principio se negaba porque tenía miedo a las burlas por tener papás homosexuales.

Una pareja de neuquinos recorrió miles de kilómetros para adoptar a tres hermanos.
Una pareja de neuquinos recorrió miles de kilómetros para adoptar a tres hermanos.

Adrián y Fabio son una pareja de neuquinos que se conocieron hace casi diez años por Internet y que se casaron cuando se convirtió en Ley el matrimonio igualitario. Juntos tenían el sueño de convertirse en padres y hace tres años lo lograron: viajaron miles de kilómetros y adoptaron a tres hermanos de Luján.

Los afortunados son ​Cynthia, Mariana y Diego. Las dos chicas son las más grandes y aceptaron al instante tras conocer que había un hogar que los estaba esperando. Sin embargo el nene, el más chico de los tres y que por entonces tenía 12 años, en un principio se negó por miedo a las burlas, las cuales eran constantes en su escuela por vivir en un internado.

"No quería venir a Neuquén y que lo cargaran por tener dos papás putos", contó Adrián a TN, donde se hizo conocida esta conmovedora historia.

Cynthia, Mariana y Diego, los chicos adoptados por Adrián y Fabio.
Cynthia, Mariana y Diego, los chicos adoptados por Adrián y Fabio.

Así contaron la historia Adrián y Fabio:

Al principio, no fue fácil. Primero se inscribieron para ser tenidos en cuenta para un proceso de adopción en el registro de Neuquén y, al no tener noticias, se anotaron en el Registro Nacional de Adopción. "Contactamos a muchos lugares pero nunca nos devolvían ni siquiera los mails. Contactamos al juzgado de Mercedes donde dimos con gente muy piola que nos llamó a la hora de haber escrito. Patricia, la secretaria del juzgado nos dio fecha para presentarnos y conocerlos", arrancó contando Fabio.

Al llegar al lugar, decía "Juzgado penal juvenil" en la puerta. "Estuvimos a punto de no entrar. Nos invadió el miedo, teníamos mucha incertidumbre", comentó Adrián.

Después de conocer a las autoridades y de que les hicieran varias preguntas, les propusieron viajar al hogar en Luján. "Fuimos en la camioneta del director del hogar. Estábamos conmocionados porque nos contaron que ellos (los chicos) ya sabían que estaba la posibilidad de ser adoptados por dos papás de Neuquén. Nos preguntaron si no teníamos problema en conocerlos. En realidad, conocerlas porque Cynthia y Mariana estaban de acuerdo y habían estado hablando con la trabajadora social sobre la posibilidad de vincularse. Nuestro hijo, Diego, dijo 'yo paso, yo no quiero'. Nos juntamos los cuatro, con las nenas. Recuerdo cuando íbamos entrando a la oficina: los pasillos se hacían eternos. Nos vimos, nos dijimos dos palabras, nos abrazamos y nos largamos a llorar los 6, la directora, y la trabajadora social, también", dijeron emocionados.

"Vimos una personita que estaba por ahí y después, atando cabos, relacionamos que era él (Diego). Las chicas nos mostraron cómo vivían. Los otros chicos del hogar se abalanzaban pidiéndonos que los adoptáramos. En un momento, hasta le preguntamos al director si podíamos también adoptar a Jerónimo, un chico que se había acercado a nosotros y que nos rogaba formar parte de la familia", agregaron.

Ese día, estuvieron cuatro horas con las chicas. Volvieron a Neuquén y al viernes siguiente, estaban nuevamente en Luján esperando encontrarse con ellas. "Durante tres meses, estuvimos yendo todos los fines de semana. Llegábamos el viernes y, el domingo, nos tomábamos el colectivo de vuelta. La etapa más difícil durante un proceso de adopción, si estás lejos, es la de la vinculación. Porque los chicos ya sienten que están con vos y vos ya querés estar con ellos. Sos grande y no podés manejar las emociones. Les dolía la panza, la cabeza, se sentían mal y nosotros queríamos cuidarlos", aseguraron.

Adrián y Fabio llamaban todos los días a una hora determinada y una vez, Diego preguntó '¿mis papás llamaron?'. Enseguida, se corrigió y dijo 'los papás de mis hermanas', pero ya lo estaba procesando. "El 3 de octubre de 2015, nos vinimos todos para casa. Los chicos nos pidieron que les tuviéramos paciencia porque habían vivido un infierno con su familia biológica, una pesadilla en el hogar y estaban aprendiendo a convivir en familia. El 25 de diciembre, Mariana le pidió a Adrián: "Pellizcame, papá. Es mi primera Navidad en familia".

Los chicos, felices con sus padres.
Los chicos, felices con sus padres.

"Ellos, toda la vida, soñaron con tener una familia y a nosotros nos cambiaron la vida por completo. Hay veces que tenemos que amenazarlos con sacarles el celular para que salgan con sus amigos. Les digo que papá las lleva, las trae a casa y les paga la entrada a todas sus amigas y ellos no quieren salir de casa", completaron.