El hijo de Juan Carlos Moya (61), el carpinerto asesinado el sábado por delincuentes que quisieron robar en su carpintería de Guaymallén, dijo que intenta sacar de su mente los momentos traumáticos que vivió pero no puede.
"Trato de borrar de mi mente lo que pasó, pero no puedo", contó Gonzalo Gabriel. El joven de 34 años fue el que atendió a los ladrones,q ue se hicieron pasar por clientes, y tras el intento de asalto forcejeó con uno y le disparó.
El sábado a las 17 golpearon la puerta de la carpintería ubicada en las calles Gutenberg y Victoria. Gonzalo los atendió y le dijeron: "Venimos por un presupuesto". Él les dijo que iba a llamar a su padre que estaba durmiendo la siesta, pero antes de que se diera cuenta, los asaltantes ya habían trabado la puerta. Lo empujaron dentro de la vivienda y lo encañonaron con revólveres.
Gonzalo recordó, en diálogo con diario Los Andes, que a los empujones lo llevaron hasta el dormitorio. "Fue justo cuando mi papá se estaba levantando", precisó.
"Lo agarraron y le preguntaron '¿donde tenés la plata?' Mi padre se alcanzó a levantar y yo le grité 'viejo, dale la plata que tenés en el pantalón', pero él fue en busca de un machete que tenía en un placard. Y ese fue el momento en que uno de los tipos le disparó dos veces", contó.
"Los disparos hicieron que el que me estaba apuntando saliera corriendo para la calle -continuó-. Yo aproveché para agarrar al otro y empezamos a forcejear, hasta que logré tomar el arma. Era una 9 milímetros con la que le disparé tres o cuatro veces, pero se escapó nomás...", narró.
Foto: Ignacio Blanco/ Los Andes
