Acompañado por su abogado y mientras su familia lloraba en la puerta, se entregó en la Unidad Fiscal de San Martín Federico Sosa, un joven de 18 años que dijo ser el autor del disparo que el martes a la mañana terminó con la vida de Pablo Escudero (19).
La víctima había recibido un disparo en el parietal izquierdo en la noche del lunes en el barrio Venier, de Palmira, y falleció horas después en el Hospital Central.
Los dos muchachos eran amigos desde la infancia e incluso el sábado último habían salido a bailar juntos.
El informe policial original sostenía en su momento que el hecho, ocurrido en la calle El Ombú del interior del barrio Venier cerca de las 19 del lunes, se produjo cuando Pablo Escudero caminaba por allí y "se acercaron dos sujetos en moto quienes, sin mediar palabras, le dispararon".
Este jueves a la mañana se presentó espontáneamente ante la Justicia Federico Sosa, un joven del mismo barrio, junto con su abogado, William Battocchia, y prestó declaración.
Dijo que él y la víctima eran amigos desde los 11 años, que tenían un trato afectuoso y que incluso habían salido a bailar juntos a El Santo, acompañados de otros jóvenes, el sábado a la noche y que hasta habían compartido parte de la mañana del domingo.
Reconoció que se encontraron el lunes a la noche en el barrio y que estaban conversando. Que él le mostró un arma que tenía y que fallaba.
Que estaban conversando, a la par y acaso hombro contra hombro.
Que conversaban sobre el arma y la falla que tenía cuando esta se percutió accidentalmente e hirió en la sien izquierda a su amigo.
"Federico no se fue del lugar. Incluso estuvo junto a su amigo hasta que lo trasladaron al hospital. Recién se fue cuando los amigos le recomendaron que se retirara", dijo a Diario UNO el abogado defensor.