Asesinado en el semáforo: el hermano le habló mientras moría

San Luis: José Alejandro Rojo fue apuñalado en Aristóbulo del Valle y Sucre. Una historia tremenda. 

Marcelo, con la foto de su hermano Alejandro, muerto de una puñalada. Compartían el oficio de electricistas.
Marcelo, con la foto de su hermano Alejandro, muerto de una puñalada. Compartían el oficio de electricistas.

"Te apuñalaron", le dijo Juan Marcelo Rojo a su hermano José Alejandro. Era afirmación, no había margen a dudas: desde el pecho le brotaba sangre, en plena calle cuando empezaba la mañana dominical, día de la madre.

—"No te hagas problema. Estoy bien, puchero", le contestó el herido, quizás intentando, con ese término con el que solían llamarse entre ellos, quitarle dramatismo a lo que ocurría.

Fue lo único y lo último que el lesionado le expresó a su hermano. Después de esas palabras, se desvaneció y no volvió en sí nunca más. El conductor de otro auto le había dado una puñalada en el corazón, en medio de una pelea fugaz que se desató el domingo cerca de las 7:30, en Aristóbulo del Valle y Sucre. Fue, al parecer, por un problema de tránsito.

“La verdad es que no son conocidos, aunque los he visto, los he cruzado en algún lado. Por mi actividad conozco mucha gente, ando mucho en la calle –aseveró Marcelo, que es electricista–. Si los veo, si me los ponen adelante, puedo reconocerlos, a los dos”.

Después de pedir socorro a mucha gente que pasaba y de ver cómo seguían de largo, indiferentes, Marcelo vio que dos taxistas pararon.

Con la ayuda de una colcha verde, entre los tres subieron a Alejandro al asiento trasero de su vehículo, un Peugeot 408 gris, y lo llevaron al Hospital San Luis, donde murió cerca de las 8.

La Policía llegó cuando ya lo habían cargado. “Me voy, me lo llevo, me lo llevo”, insistió el pariente, que optó por no aguardar la ambulancia, que demoraba.

El conductor del otro auto –sería un Gol Trend blanco, con vidrios polarizados y patente nueva, que empieza con A, según lo que recuerda Marcelo– escapó junto a su cómplice después de darle la estocada a su hermano. Ahora, los investigadores de la División Homicidios buscan y chequean datos para dar con los ocupantes del Gol y con el rodado.

El domingo pasado era el primer Día de la Madre que Verónica Beatriz Rojo pasaba sin su hijo José Marcelo Polanco, muerto en un choque en el cruce de las rutas provinciales 20 y 9, el 5 de febrero de este año, contó la única hermana mujer del hombre asesinado. Son cuatro en total.

Por eso, ella y sus tres hermanos habían acordado reunirse bien temprano en el cementerio parque Jardín del Recuerdo, en la zona sur, para acompañarla en ese día especialmente doloroso para ella. Hacia allá iban Juan Marcelo y José Alejandro cuando tuvieron el encontronazo con los dos ocupantes de otro vehículo, en la mencionada esquina, explicaron los hermanos.

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