Genaro Fortunato murió en la madrugada del sábado 9 de septiembre en San Rafael, en el sur de Mendoza.
Era de noche, cuando el joven rugbier salía con su novia del boliche "La Mona". Frío y nevizca era lo que se sufría en la puerta del bar.
Julieta Silva, tras discutir con el deportista efectuó un giro en U con su auto Fiat Idea. Al regresar, atropelló y mató a Genaro, aplastándole el cráneo.
Algunos testigos vieron la silueta tirada en el piso y un auto que comenzaba a protagonizar una larga carrera de alta velocidad que marcaría para siempre el destino de dolor a tres familias.
Genaro Fortunato asesinado. Julieta Silva acusada de homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía. Y Agostina Quiroga, la ex pareja de Genaro, espera un hijo del joven asesinado. Esas son, tal vez, aquellas lágrimas de frío que se precitaron ante semejante desenlace.
Ahora, la vida cambió para esas familias. Pero hay interrogantes más allá de los hechos ya consumados y peritados.
¿Julieta Silva giró, aceleró y lo atropelló a conciencia? ¿Sabía lo que estaba por hacer?
O si, como dice su defensa: ella no vio el cuerpo de su novio tirado en el pavimento luego de caer cuando el auto salía a toda velocidad.
Según ya determinó la fiscal, Silva recorrió unos 150 metros, luego dio una vuelta en 'U' y regresó, momento en que "le pasó por encima" cuando el muchacho se encontraba sobre el asfalto.
Julieta Silva lo pasó por encima con su auto. Tenía 0.8 de alcohol en sangre ¿Sabía lo que hacía?
Ambos tenían alcohol en su sangre. Fortunato 1,8 gramos de alcohol en sangre, mientras que la mujer 0,8. Según algunos especialistas, se puede hablar de que estaba alcoholizada, pero no "sin estado de conciencia". Es decir, podía saber qué estaba haciendo. La justicia, en todo caso, lo determinará.