La pandemia de coronavirus modificó el forma de estudiar este 2020 y millones de estudiantes y docentes aprenden sobre el uso de las nuevas tecnologías. Es que desde que comenzó la cuarentena obligatoria, los chicos estudian en casa con la ayuda de sus padres y reciben el material de sus profesores a través de distintas plataformas como WhatsApp, mail, redes o páginas web, entre otras.
Sin embargo, hay quienes quedaron afuera del sistema educativo durante estos más de 30 días de aislamiento porque no disponen de una computadora o de un celular con conexión a internet. Y es a partir de esta realidad que los docentes y directivos de una escuela del departamento mendocino de Tunuyán pensaron en dictar clases por radio, para que los chicos de la zona puedan estudiar.
Se trata de la escuela N° 4-247 Campo los Andes que cuenta con un anexo en Furlotti, San Carlos. La comunidad educativa evidenció que la mayoría de las familias no tenían conexión a internet o no contaban con un dispositivo electrónico para contactarse con sus maestros. Incluso, eran las mismas familias que están inscriptas en el listado de la Dirección General de Escuelas para recibir los bolsones de alimentos, debido a la dificil situación de vulnerabilidad en la que viven.
En la búsqueda de alternativas para hacerles llegar los contenidos a los chicos, y con el firme objetivo de que no pierdan días de clases, los profesores decidieron hacer uso de dos estaciones de radio que tienen llegada a la comunidad.
Las emisoras FM Uco Classic 102.9 y FM Activa 95.5 "son radios que pasan todo tipo de mensajes para los vecinos, entre las familias y las escucha todo el pueblo", según explicó la directora del establecimiento Ester Minussi a diario Los Andes.
En cuanto a la forma de trabajo, decidieron que cada docente grabe sus clases en casa, luego las envían a la emisora y los estudiantes ya saben que tienen que ir haciendo las tareas en sus cuadernos y carpetas. Además, las clases radiales son complementadas con los cuadernillos realizados por los docentes, que antes del aislamiento eran digitales pero ahora debieron hacerlos imprimir, sumados al material didáctico que envía la DGE con los bolsones de alimentos.