Opinión: Una mirada hacia la Universidad de 2042

Para Vía Jujuy, por Gustavo Lores*

El decano de Ingeniería Gustavo Lores, con docentes y estudiantes de la UNJu
El decano de Ingeniería Gustavo Lores, con docentes y estudiantes de la UNJu

Parece pretencioso poner la atención en un horizonte de mediano o largo plazo en momentos en que ni la sociedad ni sus gobiernos tienen respuestas explícitas para lo que sucederá en los próximos noventa días en la Argentina. Sin embargo, no lo es. Sigue siendo una de las obligaciones de los universitarios, en especial de los que pertenecemos al Sistema de Gestión Estatal, cumplir con nuestro rol de formación de capital humano avanzado, de creación de conocimiento sensible y de contribución para alcanzar la equidad y el desarrollo territorial.

El concepto "avanzado" da cuenta de la importancia de pensar a la Universidad del presente como protagonista del futuro. Esto significa dejar de lado cualquier interés sectorial o coyuntural, privilegiando proyectos abiertos y flexibles que tengan un sentido amplio tanto en el espacio como en el tiempo.

La generación de capital humano avanzado es un imperativo que debemos asumir las instituciones universitarias. La competitividad y la sustentabilidad de un país se basa esencialmente en la calidad de la formación de su población.

La creación de conocimiento asociada a la investigación, al desarrollo y la innovación permite la aparición de nuevos productos y tecnologías y, por ende, lograr una alta rentabilidad social. Si el país dispone de una oferta de calidad y en cantidad suficiente de científicos e investigadores, entonces es posible que las empresas mejoren su potencial de innovación, consoliden un país más competitivo y capaz de tender hacia la generación de procesos productivos que superan la simple extracción de materias primas.

La educación universitaria constituye una fuente de movilidad social con una rentabilidad privada muy atractiva para las personas, principalmente en los países emergentes. Es posible aseverar que para las personas el conocimiento crea valor y disminuye las brechas de inequidad de la sociedad. La formación de capital humano avanzado permite la consolidación territorial de las distintas regiones de un país.

El decano de la Facultad de Ingeniería y autor de la nota, Gustavo Lores (abajo al centro), con docentes y estudiantes de la UNJu.
El decano de la Facultad de Ingeniería y autor de la nota, Gustavo Lores (abajo al centro), con docentes y estudiantes de la UNJu.

Las Universidades tienen el imperativo de vincularse con su medio, con la identidad y la cultura local, favoreciendo el desarrollo integral de la sociedad en que la institución se encuentra inserta.

El sentido de que el Estado, es decir los ciudadanos y las empresas que contribuyen con el pago de sus impuestos a los ingresos genuinos en el presupuesto nacional, sostengan una estructura universitaria que consume el 2,65% de las partidas totales en lo proyectado para 2021 -comparado con el 1,89% destinado en total al sistema sanitario- es que la Universidad sea un factor verificable de crecimiento y de mejora de la calidad de vida de la sociedad.

Esto implica para las autoridades universitarias ir más allá de cumplir su papel formal y asumir el compromiso de interpretar los valores que la sociedad sostiene y estimular su desarrollo en los estudiantes que el día de mañana serán dirigentes, empresarios, directores de hospitales, maestros, profesores, mandos medios, es decir, formadores de políticas públicas y privadas.

No todas las Universidades cumplen en la actualidad plenamente con todos y cada uno de sus roles. Una forma de llegar a cumplirlos es proponerse, como institución autónoma y socialmente responsable, hacerlo. Y para ello es imprescindible hacer público el Proyecto Institucional.

Sin embargo, es inusual en las Universidades Nacionales de Gestión Pública la existencia de un Plan Estratégico. Parecería que la Institución que crea el conocimiento, que forma a los profesionales que lo van a aplicar, que está obligada a difundir a la sociedad los saberes útiles, no tiene por qué declarar ni su visión ni su misión. Que el preámbulo del Estatuto o la plataforma electoral de sus candidatos bastan como promesa.

A mi criterio esos documentos son insuficientes para cumplir con transparencia el rol que nos toca. Por un lado, son desconocidos en general por la comunidad universitaria y por la sociedad. Por el otro, no son dinámicos.

En la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy, tomando modelos de trabajo de otras Unidades Académicas e instituciones públicas y privadas del país y del mundo, hemos elaborado durante 2017 el Plan Estratégico 2018-2022 que estamos ejecutando. No fue fácil lograr la participación de nuestra comunidad en la formulación de un plan original. Todo plan requiere un diagnóstico y todo diagnóstico pone en evidencia las fallas que tenemos y que son atribuibles a nosotros, a las personas, con diferentes grados de responsabilidad según la jerarquía.

Nos llevó un poco más de un año tomar conciencia que hay infinidad de oportunidades de mejoras en todos los aspectos: el administrativo, el académico, el de investigación, el de extensión, el de transferencia y el de comunicación. Pero lo hicimos y le ofrecimos a la comunidad que tenía que elegir el camino para el período 2018 a 2022 la oportunidad que lo decida con una base. No sólo de los objetivos y las acciones sino también de la responsabilidad que cada uno iba a tener en estos cuatro años para ejecutar el plan.

Este ejercicio vino precedido por una amplia experiencia del equipo de trabajo en gestión universitaria que permitió conformar cuadros de alto compromiso académico y social, así como de transparencia.

Es así como en abril de 2018 en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy los electores se expresaron votando mayoritariamente por un plan estratégico y por un equipo capaz de ejecutarlo.

El contexto actual nos pone frente a un nuevo desafío. El 8 de mayo de 2022 finalizará un ciclo de ocho años de gobierno universitario que actualmente adolece de representatividad real. Hace cuatro meses que se disolvieron los órganos colegiados de gobierno debido a la suspensión de elecciones de representantes por los claustros a causa de las restricciones de circulación y reunión.

De los cargos electivos quedan con mandato vigente los del Rector y de los cuatro Decanos de las Facultades. Sin embargo, sólo tres de esos cinco cargos fueron legitimados en las urnas y elegidos por docentes, alumnos, egresados y no docentes.

Esta situación compleja desde el punto de vista de representación debido a la pandemia y a los acuerdos pre electorales nos exige mayor vocación democrática. Por eso, desde todas las Unidades Académicas, Institutos de Investigación, Escuela de Minas "Dr. Horacio Carrillo" necesitamos trabajar en el diálogo profundo que apunte a la construcción de un proyecto de Universidad superador. De un proyecto que esté atado al compromiso de todos con la sociedad. Que se base en la transparencia del discurso y en los antecedentes verificables.

Desde la Facultad de Ingeniería hemos convocado a docentes, alumnos, egresados y no docentes de todas las dependencias de la Universidad Nacional de Jujuy a que se sumen al desafío de construir una institución mejor, que le sirva a Jujuy, a la Argentina y, fundamentalmente, a nuestra sociedad.

Para ello es necesario no sólo expresar el deseo, sino también elaborar un Plan Estratégico con un horizonte de al menos 20 años, que ponga de cara a la sociedad el futuro que pensamos para la Universidad.

(*) Decano de la Facultad de Ingeniería de la UNJu