Hong Kong: se hundió en el mar Jumbo, el restaurante flotante más grande del mundo

La reconocida atracción turística, que apareció en películas de Hollywood y recibió a personajes de renombre a lo largo de su historia, volcó este domingo.

El icónico restaurante supo recibir a grandes figuras.
El icónico restaurante supo recibir a grandes figuras. Foto: La Vanguardia

Jumbo es un restaurante flotante y una antigua atracción turística de Hong Kong. Pero este domingo, llegó a su fin luego de que se hundiera en el mar de China Meridional, apenas una semana después de haber abandonado este centro de finanzas internacional.

Los intentos por rescatarlo fueron en vano.
Los intentos por rescatarlo fueron en vano. Foto: DW

La embarcación de 76 metros de eslora y capacidad para 2300 personas, volcó el domingo. Sucedió cerca de las islas Paracelso, y la empresa propietaria del barco, Aberdeen Restaurant Enterprises, expresó que se debió a “encontrar condiciones adversas”, tras lo que “empezó a hacer agua”.

“La profundidad del agua en el lugar es de unos 1.000 metros, lo que hace extremadamente difícil llevar a cabo trabajos de rescate”, explicaron. Cabe destacar que nadie de la tripulación resultó herido.

La historia de un gigante

Jumbo fue diseñado como un palacio imperial chino, y había aparecido en numerosas películas de Hollywood. Entre sus clientes de renombre, había recibido a la reina Isabel II y al actor Tom Cruise.

Sin embargo, el establecimiento cerró en marzo de 2020 debido a la pandemia, que supuso el golpe final tras casi una década de negocio deficitario, con unas pérdidas acumuladas de 12,7 millones de dólares.

Hacía una semana había sido removido del centro de Hong Kong.
Hacía una semana había sido removido del centro de Hong Kong. Foto: BBC

Sus últimos operadores, Melco International Development, anunciaron el mes pasado que, ante la caducidad de su licencia, el Jumbo abandonaría Hong Kong y esperaría un nuevo operador en una ubicación que no precisaron.

Así, el restaurante abierto en 1976 fue retirado el pasado martes de Hong Kong, dejando una mezcla de lamento y nostalgia entre los residentes de esta ciudad, cuyo estatus de centro de negocios internacional se ve amenazado por la restrictiva gestión de la pandemia y la represión contra la disidencia.