Tras la implementación del “dólar soja”, bodegueros y productores citrícolas reclaman su propio cambio

Los bodegueros y los productores citrícolas temen perder participación en los mercados internacionales y buscan una solución. Por ello, luego de que se aplicara el diferenciado “dólar soja”, piden la llegada de un “dólar Malbec” y un “dólar limón”.

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El panorama para ambas industrias, de alto perfil exportador, es preocupante. Por un lado, unas 250.000 toneladas de limones no serán cosechadas ni procesadas este año, es decir, entre un 10% y un 15% de la producción total. A su vez, el rubro vitivinícola perdió, en un año, el 20% de rentabilidad en un vino de exportación promedio.

Ante este contexto, solicitan la eliminación de las retenciones, políticas de promoción internacional y un esquema que permita recuperar la rentabilidad perdida.

Qué pasa en el sector limonero

Desde el sector limonero aseguran que, en varias ocasiones, acercaron una propuesta similar a la que se aprobó para la industria sojera, sólo que en su caso no tuvieron respuesta. “La venimos planteando hace rato y no estamos siendo escuchados por el Gobierno nacional”, expresó Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA).

El pedido es, básicamente, un dólar diferencial igual al de soja. Además, se reclama: que se vuelva a dictar la emergencia citrícola vigente hasta 2021; que se agilicen o destraben unos $1500 millones en reintegros de IVA a los exportadores; y la quita de retenciones a la cáscara deshidratada de limón, que se exporta a todo el mundo y, como se la toma como desecho, se le aplica derechos de exportación del 12%. También piden la eliminación para el aceite esencial de limón, que está gravado con el 3%.

Según explicó el dirigente, el atraso cambiario los afecta “más que a la soja”. “Es una actividad que exporta el 95% de lo que produce”, dijo y agregó que los “costos en dólares suben fuertemente, el sector pierde competitividad”. “Entró en una crisis muy profunda y que tiene impacto en todo el noroeste, especialmente en Tucumán. Por atraso cambiario; incremento de fletes y de fertilizantes; sobreoferta de limón y de productos derivados, y falta de competitividad, los precios son de quebranto”, señaló.

Además, señaló que se están eliminando montes de entre 3000 y 5000 hectáreas con plantaciones de limoneros para reemplazarlos por caña de azúcar. Solo en Tucumán, la producción de limones representa el 50% de las divisas que ingresan a esa provincia.

“En los próximos días estaremos consensuando reuniones para ver si nos recibe el secretario de Agricultura (Juan José Bahillo) y equipo del ministro Massa”, dijo Padilla.

El dirigente señaló que “la Argentina está perdiendo posicionamiento en el mercado internacional”, con una caída de producción de 410.000 toneladas en 2021 a 200.000 este año.

La crisis en el sector vitivinícola

En los primeros siete meses del año, las exportaciones de vino embotellado cayeron 7,3% en términos de volumen en comparación con el mismo período de 2021. Y si se suma los vinos en granel la pérdida alcanzó el 20%, según estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

“Consideramos imperiosa la necesidad de suspender los derechos de exportación con la finalidad de liberar recursos de las bodegas para reinvertir en el negocio, y mantener la demanda en el exterior en mercados sumamente competitivos”, comentó Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina.

Por su lado, Milton Kuret, director de la cámara, indicó que piden “una quita de retenciones del 4,5%”. “Necesitamos una solución más estructural y permanente. Por la lógica de las transacciones internacionales del vino, los plazos de pago y la liquidación de divisas, no nos beneficia una medida temporal”, subrayó.

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Actualmente, la Argentina es el quinto productor mundial de vino y se encuentra entre los diez principales exportadores, sin embargo, su posición podría mejorar más con otras herramientas y facilidades. En ese sentido, además, reclaman apoyo para la promoción internacional y que se implementen políticas para reducir o eliminar los aranceles que pagan las bodegas nacionales para ingresar sus vinos en los principales mercados internacionales.