Juan Pablo Vojvoda y su desafío en Talleres: 100 días para enamorarse

A poco más de tres meses de su arribo a barrio Jardín, el DT no logra conquistar al hincha con el juego de su equipo. El público por ahora le da la espalda, aunque un flechazo al corazón sería ganar el clásico con Belgrano, a 100 días de asumir en el cargo.

Tras una larga relación con Kudelka, el presidente Fassi inició otra etapa con Vojvoda hace 100 días. Pero aún no llegaron al corazón Albiazul.
Tras una larga relación con Kudelka, el presidente Fassi inició otra etapa con Vojvoda hace 100 días. Pero aún no llegaron al corazón Albiazul.

A fines de mayo Andrés Fassi anunciaba que Juan Pablo Vojvoda era el nuevo entrenador de Talleres, después del largo idilio con Frank Kudelka, de un exitoso matrimonio de más de tres años.

A 100 días de asumir el reto, Vojvoda todavía no le llegó al corazón del hincha Albiazul, acostumbrado la luna de miel con Kudelka.

El Talleres de Vojvoda no seduce, ni desde el juego ni desde los resultados. Campaña de mitad de tabla para abajo en la Superliga, con más perdidos que ganados. Y la eliminación de la Copa Argentina, que era un objetivo concreto para Fassi en este semestre.

Esta falta de enamoramiento se refleja en las tribunas, con una sensible e inocultable merma en la convocatoria. El calor excesivo este fin de semana, la crisis económica que golpea el bolsillo, una fallida campaña de socios que erro el cálculo... distintas razones del porque le hincha no va a la cancha. Y sobre todo, porque el equipo no convence.

Y contra Vélez, en un empate híbrido, la gente hizo sentir su inconformismo. Sin funcionamiento, con poco gol y sin respuestas en determinados puestos. Las figuras son las de siempre, Guido Herrera y Pablo Guiñazú. Los refuerzos no rompen corazones ni mucho menos, y encima Vojvoda tomó una decisión arriesgada: reemplazar al Cholo en Santa Fe.

Tiene todo el derecho y lo asistía la razón, pero el amor no entiende de razones, el Cholo es un intocable para los hinchas y se lo facturaron al DT.

¿Cómo encender la chispa de la pasión? Kudelka empezó en medio de la indiferencia del público y construyó una sentimiento en base a logros deportivos, ascenso tras ascenso y el posicionamiento en Primera y con un estilo muy emparentado al Albiazul de pura cepa.

Antes, Ricardo Gareca había pasado por lo mismo. No encajaba y transitaba por la cornisa, hasta que ganó un clásico, nada menos que 5-0. Y después vino todo lo demás, como para que en barrio Jardín le juren amor eterno al Tigre.

Ganarle a Belgrano sería un flechazo. Porque hace mucho que no ocurre (el último triunfo oficial fue el de Copa Argentina en 2013), porque esta vez Talleres no llegaría como favorito y porque quedó la pica en la derrota en el último duelo, aunque fuera un amistoso.

Vojvoda llegó con un enorme entusiasmo, amor a primera vista con Talleres, con la declaración de que era el gran desafío en su carrera. Tiene buenas intenciones, trabaja, se empeña, pero sabe que no es suficiente y que la aceptación definitiva le está resultando esquiva.

Ganar el clásico sería un flechazo, sí. Como perderlo podría representar una bofetada difícil de asimilar. A 100 días de asumir, Vojvoda se la juega para la conquista. Son 100 días para enamorar en Talleres.