Legalización del aborto: cómo votaron y qué dijeron los tres senadores cordobeses

Los representantes de nuestra provincia, pese a ser de distintos partidos, tomaron una decisión única. Y presentaron un proyecto alternativo.

Laura Rodríguez Machado
Laura Rodríguez Machado

En la jornada de debate de la legalización del aborto que se vivió este miércoles en el Senado,  los tres senadores por Córdoba, Laura Rodríguez Machado (Cambiemos-PRO), Ernesto Martínez (Cambiemos-Frente Cívico) y Carlos Caserio (Peronismo Federal) respaldaron por unanimidad la iniciativa.

Pero además, presentaron un proyecto alternativo en busca de un consenso que finalmente no llegó a imponerse a los votos en contra del dictamen de Diputados.

Cada uno de los senadores defendió el proyecto común que incluía cambios a lo votado por Diputados –limita a la semana 12 del embarazo la práctica del aborto, elimina la penalización del médico que se niegue a practicarlo, reconoce la objeción de conciencia institucional y da precisiones presupuestarias–, pero fundamentaron sus posturas personales con argumentos diversos.

Caserio fue el primero. Insistió en desdramatizar el debate y reiteró que hay 110 países donde el aborto es legal, Italia entre ellos.

Carlos Caserio.
Carlos Caserio.

"Ahí las mujeres que deciden tener este derecho lo utilizan y las mujeres que no, no lo hacen".

Rodríguez Machado manifestó que el Senado estaba ante la "gran oportunidad" de dar un paso en beneficio a las mujeres.

Fundamentó como miembro del PRO ("el partido que la gente votó para transformar el país"), como cordobesa y miembro de una escuela y una universidad laica y libre, y como mujer: "votando por el 'sí' podré ver a mi hija a los ojos y al resto de las mujeres", indicó.

El aborto clandestino mata peor", lanzó como frase fuerte, y recordó que una entidad civil que no nombró –se trata de El Portal de Belén– se encargó de frenar la aplicación de la Ley de Educación Sexual, la píldora del día después y el protocolo de aborto no punible.

El discurso de Ernesto Martínez fue el más sustancial desde lo jurídico y el más fuerte en defensa de un Estado laico y en oposición al "sectarismo religioso" que denunció de modo reiterado.

Insistió en que el Senado se aprestaba a confundir "pecado con delito". "Lo que se plantea reformar es el Código Penal Argentino, no la Biblia", arremetió, y añadió: "Las leyes no se reforman por viejas, sino porque dejan de ser útiles a la realidad".