Luis Ortega pasó por Córdoba, para presentar El Ángel, su nuevo largometraje que está inspirado en los hechos del asesino serial Carlos Robledo Puch y que se estrena el jueves 9 de agosto.
Tras ver la película conversamos con él, que nos amplía algunos conceptos sin darle importancia a eso del mentado spoiler. Su filme tiene algunos puntos de contacto con Muerte en Venecia de Luchino Visconti, una de las películas destacadas del cine italiano del siglo XX y aquí nos contará sobre eso.
Protagonizada por Lorenzo Ferro, El Ángel nos mostrará la metamorfosis del niño Carlitos Robledo Puch su pasaje para ser el peligroso asesino que mataba por las noches sin inmutarse, un Dr. Jekyll que nunca revela su Mr. Hyde.
-Es una intromisión en tu trabajo, pero quisiera preguntar cómo fue la decisición de recortar un tramo de la vida de Robledo Puch. Había que tomar decisiones.
-Sí. Más que un recorte, no me interesaba tanto reconstruir la historia de Robledo Puch sino agarrar algunos puntos, los más insólitos. Los casos que más llamaban la atención, casos en los que mataba gente mientras dormía, de un disparo.Cuando el juez le preguntó por qué mataba gente mientras dormía, él le contestó '¿y qué querías, que los despierte?'. De ahí dije quiero hacer la película que yo quiero hacer; quiero contar lo que yo quiero contar, lo que yo recuerdo. La gente que podía hablarnos de Robledo Puch ya está muerta y él dice que no hizo nada, que era sólo ladrón.
-De lo que uno ha leído en sus declaraciones es que no tiene sentido de la culpa.
-Claro, pero quizá la realidad sea más oscura, más cruel y retorcida que la de esta visión que yo quería dar. No me sentía de alguna manera responsable por no estar contando una historia de Ghandi o la de Mozart, que es un invento total. Salieri era muy amigo de Mozart, era un compositor genial y nunca le robó nada... pero todo el mundo cree que Salieri fue eso y León Gieco hizo un hit espectacular. Todo esto indica que en el terreno poético, creativo, la realidad sirve como inspiración pero uno no es un historiador; al contrario: más bien atento contra la realidad porque la realidad tira muy para abajo. Mi idea era hacer una película que tire para arriba.
-Cada película, cada obra es un universo autónomo que se vale por sí mismo. Más allá de que esté inspirada en hechos reales vos tenés una historia que es lo que vos te proponés contar.
-Sí. Aparte no me parece tan importante si el personaje real mató a 11, 7 ó 27 o si era un empleado ejemplar...
-¿Qué te atrae del personaje real? Tiene una cosa icónica pop.
-La imagen de un tipo Tadzio en Muerte en venecia, de un niño esposado, llevado por el ejército casi, ya de por sí es muy potente.Sobre todo en esa época que estaba la teoría Lombrosiana que indicaba que los delincuentes, los criminales, eran feos de nacimiento.
-Que venía del Siglo XIX.
-Sí, pero sigue vigente. Hoy la gente cruza la calle, o no, dependiendo qué scanneo le hace al rostro del que tiene en frente.
-La portación de rostro.
-Exacto.Y que este rostro contradiga tanto eso que supuestamente era una verdad instalada. O sea: un niño bien, con carita linda y bello no podía ser eso.
-Remarqué eso cuando vi la película: está un poco el estereotipo que los argentinos, nos guste o no, tenemos sobre nuestros propios hermanos. Que un delincuente responde a ciertas características visuales y este venía a contradecir ese estigma.
-Totalmente. Cualquier cosa que implique una complejidad inabordable con la razón amerita un evento artístico. Porque ¿quién más se puede ocupar de eso? no lo puede abordar ni la psicología ni la ciencia. El misterio es terreno de la literatura, de la pintura, del cine, la poesía, la música. Entonces, todo aquello que no se puede explicar es lo que más me atraía de la película y por supuesto no iba a cometer yo el pecado de querer explicarlo.
-Otra cosa que me llamó la atención son los ritmos de la narración. Hay momentos donde el ritmo se pausa y después se acelera.
-Sí.
-¿Estoy más o menos bien orientado?
-Si lo percibiste, sí. Y ahora que vos lo decís estoy reviviendo esa sensación. Hay momentos donde la vida es muy vertiginosa y el corazón te va a mil y hay momentos en que el tiempo se detiene, como cuando él entra a la casa de su amigo por primera vez.
-Y también hay detalles.
-Hay detalles, él entra en otra realidad; es un momento bisagra. No es un momento sólo de acción, es un momento donde la conciencia se desdobla.
-También hay tensiones que se pueden verificar entre los personajes. Que no se terminan de resolver pero están ahí.
-Hay una tensión sexual muy fuerte entre ellos dos. Una cosa erótica pero a la vez idílica, utópica, romántica, es platónica porque nunca se concreta el contacto físico. Hay un abrazo hermoso, algo bello sobre la amistad ¿no? más que sobre el acto carnal.
-Hay mucho más, pero está la dictadura del spoiler.
-Bah, yo no creo en eso.
-Porque también está una atracción con la mamá del amigo.
-El personaje de Mercedes Morán.
-Una madre medio hippie, medio rea.
-Sí. El contrapunto era 'mi mamá y mi papá' me cuidan; quieren el bien para mí, me alimentan' y eso cuando sos chico es una cárcel, vos querés que no te cuiden. Y vas a lo de tu amigo y a tu amigo no sólo lo dejan fumar en la casa y el padre le enseña a disparar sino que lo llevan a chorear... entonces para él es como 'yo quiero esa familia para mí'.
-Y salir a jugar un poco.
-Y después te das cuenta que no era un juego.