Por Gabriela Martín.
El verano ya está cerca. Los días se alargan, las temperaturas suben y la posibilidad de mostrar las piernas es más frecuente. En muchas ocasiones, la aparición de várices y arañitas lleva a esconderlas y seguir aferradas al pantalón. Si bien, esta patología representa un problema estético también es una cuestión de salud que debe atenderse.
El médico flebólogo e investigador Miguel Ángel Gramajo Booth, creador del método de Flebología Restaurativa, brinda una serie de consejos a tener en cuenta para mantener unas piernas sanas y bellas. "Los avances de la tecnología en materia de salud y belleza han permitido que en la actualidad padecer várices ya no resulte un problema. Incluso hoy, no es necesario extirparlas, sino que puede lograrse que esas venas se tonifiquen y recuperen su funcionalidad", explica el especialista.
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Y agrega: “La Fleboterapia Restaurativa, un método que se originó en Europa pero que fue ampliamente perfeccionado en nuestro país, garantiza estos resultados. El tratamiento es corto y mínimamente invasivo: el paciente ya no tiene que someterse a esas cirugías dolorosas que por otra parte no garantizan que el problema vuelva a aparecer”.
Entre dos y seis sesiones ya resultan suficientes para acabar con ellas. La cantidad adecuada de aplicaciones varía según la situación de cada paciente; para establecer los pasos a seguir se realiza un diagnóstico con moderna tecnología, además de un exhaustivo examen clínico.
Claves
• Una sesión por semana, sólo en casos específicos, se opta por una vez por mes. Durante el tratamiento, se introduce en la luz del vaso una sustancia natural que repara la pared del mismo y permite que la sangre vuelva a fluir normalmente.
• Sin reposo. El paciente logra reincorporarse de inmediato a sus actividades habituales (apenas necesitará usar medias de elastocompresión graduada, pero sólo durante dos o tres días después de la aplicación).
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Números claves de la prevención
1 hora. La medida de tiempo a la que debemos prestar especial atención. Muchas veces nuestros trabajos nos exigen permanecer quietos en la misma postura. Pasado este lapso, debemos recordar dar breves paseos para movilizar las piernas.
2 litros de agua (como mínimo). Beber esta cantidad es fundamental para hidratarnos y conservar la completa armonía de nuestro cuerpo.
4 comidas muy saludables. Mantener una alimentación equilibrada es indispensable para controlar nuestro peso y evitar el estreñimiento. La consigna es llevar una dieta baja en calorías y alta en fibras: las frutas y verduras deben abundar en todos nuestros platos.
5 minutos de reposo. Cada vez que tengamos la oportunidad, puede resultar muy beneficioso acostarse y poner las piernas en alto. Esta postura es excelente para favorecer el retorno venoso.
10 minutos de automasajes. Los masajes deben realizarse de forma ascendente, desde los pies hasta llegar (muy lentamente) a los muslos. No aplicarlos directamente sobre las várices sino en las zonas aledañas, cuidar que los movimientos sean suaves (utilizar las palmas y dedos en su totalidad en vez de presionar con las yemas) y usar cremas o aceites para evitar la fricción.
30 minutos de ejercicios. Nada de grandes esfuerzos, una simple caminata ya resulta suficiente para fortalecer la musculatura de las piernas y favorecer la circulación de retorno. Bailar, correr, andar en bicicleta, nadar, hacer gimnasia, son otras excelentes opciones.
45 grados. El ángulo perfecto para inclinar nuestras piernas cada vez que nos acostamos para hacer reposo.
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