Por Alejo Gómez.
"Ahora viene el duelo". Néstor García lo dijo con los ojos acuosos. Después suspiró. Fue el cierre para una lucha familiar que viene desde desde agosto de 2015, cuando su hermano Pablo "Paco" García (36) fue hallado muerto, con un disparo en la nuca, sobre una reposera en un campo cerca de Anisacate, a unos 45 kilómetros de Córdoba.
Paco, un reconocido comerciante de Alta Gracia, había salido a cazar chanchos de monte y no volvió más. Con su novia, Melisa, cruzó mensajes por última vez a las 00.27 del 27 de agosto. Un minuto más tarde, dejó de contestar.
Al día siguiente, Néstor fue a buscarlo al campo y lo encontró muerto. Comenzó entonces ese reclamo familiar mencionado más arriba, y que llegó a su fin este martes 24 de octubre, cuando en la Cámara 12° del Crimen fueron sentenciados a prisión perpetua los hermanos Carlos (31) y Julio Malter (37) por el "homicidio por alevosía" del cazador, a quien ejecutaron durante una discusión por el uso del campo.
Gustavo López (44), un changarín que trabajaba con los Malter (según declaró, lo llevaban de caza para que carneara los animales), llegó imputado por el mismo delito pero finalmente recibió una pena atenuada de 3 años y 4 meses de prisión. Esto implica que dentro de unos meses recuperará su libertad (ver: El "caso López").
El crimen de Pablo García, uno de los más resonantes de los últimos tiempos en Córdoba, estuvo atravesado por vaivenes judiciales y por un pacto de silencio criminal que desde un principio perjudicaron que se llegara a la verdad.
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Este miércoles, tras el dictado de pena del Tribunal y los jurados populares, y mientras las parejas de los hermanos Malter se retiraban de la sala llorando, Néstor García dijo a media docena de micrófonos que "fue una lucha infernal para llegar a la verdad".
"Nunca sabremos por qué mataron a Paco. Es algo que nos preguntamos desde siempre. Creíamos que los hermanos Malter iban a revelarlo en el juicio y traer alivio a nuestra familia, pero prefirieron encerrarse en una mentira", expresó quien durante este tiempo fue el "vocero" de la familia García.
Según se constató en el juicio, Paco tenía permiso para cazar otorgado por el dueño de este campo ubicado a 600 metros de la ruta 36. "Los hermanos Malter no tenían permiso, y se encontraron con García. Eso les arruinó la noche. Por eso se enfurecieron", le explicó a Día a Día el fiscal de Cámara Mariano Antuña.
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"Los acusados revelaron sin darse cuenta el motivo del asesinato: declararon que llevaban un mes preparando todo para salir a cazar, y el hecho de haberse topado con otro cazador alteró sus planes", apuntó.
En ese marco, de acuerdo con la reconstrucción judicial, los Malter planearon deshacerse de Paco García: Julio se le paró de frente para distraerlo, y Carlos lo ejecutó de atrás con su escopeta.
Luego acomodaron el cuerpo en una reposera. A metros de ellos los miraba Gustavo López. Los tres escaparon corriendo del campo.
Del accidente al homicidio. Pablo García era un apasionado de la caza y la pesca. Las fotos que circulan en internet lo muestran en acción, disfrutando de su hobby favorito.
Tras el hallazgo del cuerpo, la investigación cayó en el despacho del fiscal de Alta Gracia Emilio Drazile, quien, al igual que ocurrió en otras causas de peso, se inclinó por hipótesis polémicas y barajó un suicidio o un accidente.
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Esto último se debe a que, al momento de ser detenidos los Malter y López, los tres confesaron haber estado en la muerte de "Paco", pero se resguardaron en un pacto criminal difícil de refutar: argumentaron que, en plena oscuridad, y entre la espesura del campo, balearon a García porque lo confundieron con un jabalí.
La falta de testigos directos "amparó" esta versión, que además encontró cierto respaldo en la investigación inicial del fiscal Drazile.
Pero el empuje y las marchas en Alta Gracia de la familia García mantuvieron "viva" la investigación, que fue girada a Alejandro Peralta Ottonello. Este fiscal cambió la carátula, imputó a los tres acusados por "homicidio calificado por alevosía" y los mandó a Bouwer.
¿Por qué tomó esta decisión? Porque López, en determinado momento de la Instrucción, pidió hablar con Peralta Ottonello, quebró el pacto criminal y confesó que a Paco no lo habían confundido, sino que lo habían ejecutado en medio de una discusión.
La familia García tenía razón: no hubo suicidio. No hubo chancho. Fue un homicidio premeditado.
A esa conclusión llegaron los jueces, quienes a las 12.38 de este martes leyeron la sentencia: perpetua a los Malter por “homicidio doblemente calificado, por alevosía y por la participación de dos o más personas”, y 3 años 4 meses a López por "encubrimiento agravado".
La sentencia coincidió con el pedido del fiscal Antuña, aunque éste había solicitado una pena levemente mayor para López (4 años).
Un dato llamativo es que los hermanos Malter fueron sentenciados "por mayoría", es decir que hubo miembros del Tribunal o del jurado popular que no coincidieron con esta acusación. Habrá que aguardar los fundamentos de la sentencia (el 13 de noviembre) para ahondar en este punto.
El fallo dispuso también que sean incautadas las armas de los Malter.
El "caso López". La situación del changarín Gustavo López estuvo colgada todo este tiempo de un finísimo hilo judicial que osciló entre su complicidad en el crimen (la prisión perpetua) y su situación de víctima forzada por las circunstancias.
Según a quién se le consulte, López es lo primero o lo segundo. En el primer punto se encuentra el fiscal de Instrucción Peralta Ottonello, quien, sin dejar de valorar la confesión del changarín para llegar a la verdad, lo imputó por el mismo delito que los Malter porque consideró que tuvo participación directa en el crimen.
Es decir que López llegó a juicio imputado por un asesinato que estuvo a punto de costarle la perpetua.
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Durante el juicio, López reiteró ante los jueces que Paco fue asesinado por los hermanos Malter, y confesó que no había hablado antes "por miedo" a Julio Malter.
“¿Usted qué haría? Si estuviera en mi lugar, y acabara de ver cómo dos cazadores armados matan a un hombre, y esos cazadores lo amenazan para que no cuente… ¿qué haría?”, preguntaba el hombre en la sala.
“Por eso no me animé a hablar antes. Porque tengo miedo de que le pase algo a mi familia. Pido perdón por no haber contado antes que fue un asesinato”, dijo.
A la hora de los alegatos, el fiscal Antuña sostuvo que no logró el "grado de certeza" de la participación directa de López en el crimen, aunque sí su encubrimiento, y por eso pidió que sea sentenciado por lo segundo.
"La declaración de López fue importante, sí. Pero se hubiera llegado a la verdad de todos modos. No fue sentenciado por el homicidio porque los elementos de prueba no arrojaron que haya participado", explicó Antuña.
Similar es la postura del abogado de López, Damián Palavecino, quien le dijo a este diario que su cliente "es víctima" de esta situación, y que en la cárcel debieron separarlo de los hermanos Malter porque estaba amenazado de muerte.
López está preso desde hace un año y un mes. Con la sentencia de este martes, estará en condiciones de recuperar la libertad en febrero próximo.
El fallo, en este punto, no dejó conforme al abogado querellante Agustín Cafferatta (representante de la familia García), quien adelantó que apelará para que Gustavo López reciba la misma pena que los Malter.
"López tuvo participación directa y ayudó a acomodar el cuerpo y alterar la escena", manifestó el querellante.
A su lado lo escuchaba Néstor García, para quien López "sí tuvo algo que ver" en todo esto. "Igual, para nosotros hubo justicia. Queremos seguir adelante con nuestras vidas", cerró.